Insólita, esa verdad que el de Los Pinos acaba de revelarle a México. Y a propósito de justicia: la impunidad oficial y la memoria histórica:Porque se ha incumplido el derecho del pueblo de Jalisco a conocer la verdad histórica y jurídica de las explosiones del 22 de abril, la Comisión Estatal de Derechos Humanos recomendó al Gobernador Francisco Ramírez impulsar un juicio civil en contra de quien resulte responsable de la tragedia…
Y por que no se nos borre la memoria histórica: en la Guadalajara olorosa a tierra mojada (de sangre, por aquel entonces acabada de derramar), frente a las cámaras de TV y con un fondo de ruinas, desolación y cadáveres prudentemente disimulados, el chaparrín de las grandes orejas levantaba un índice minusculito para clamar, engolada su voz de pito de calabaza:
– ¡Compatriotas! ¡He dado instrucciones precisas al Procurador Morales Lechuga para que en un plazo no mayor de 72 horas me rinda un informe sobre los responsables del…! ¡Etc!…
El responsable directo y único resultó ser PEMEX, pero rápido de reflejos, Francisco Rojas, su director, se adelantaba a acusar:
– Fue la fábrica de aceites La Central, donde se presentó una fuga de hexano que se filtró ai drenaje municipal. Ello provocó seis explosiones.
Y una capacidad de fingimiento e hipocresía frente a las ruinas, la desolación, los baldados y los cadáveres del Sector Reforma: ‘Personal especializado de PEMEX se encuentra en el Sector Reforma, colaborando con las autoridades estatales y municipales en el centro de emergencia No hay peligro, por suerte, de que nuestros ductos sean afectados…»
Si, PEMEX resultó ser el único responsable de la masacre, pero por diluirle la responsabilidad clamaba el priísta Rafael Rodríguez Barrera:
– No, bueno, los de mi partido no hacemos juicios a priori sobre los hechos de
Guadalajara. Los partidos de oposición no deben manipular políticamente el problema. Por el contrario, en lugar de buscar culpables, que ayuden al país a evitar desastres de ese tipo…
La mortandad se produjo un 22 de abril de 1992, y esto después de que vecinos del Sector Reforma estuvieron reportando una y otra vez el hedor a gasolina que emanaba del alcantarilliado, Las autoridades correspondientes nunca valoraron semejante denuncia como para destacar el personal adecuado que inspeccionara aquella irregularidad. Y sobrevino la tragedia de las seis explosiones, y casi enseguida quedaría al descubierto la responsabilidad de la paraestatal. Pero entonces…
El entonces presidente Sainas dio a la tragedia del Sector Reforma una solución a la mexicana, la misma que antes se aplicó en Tlatelolco, Rivera de San Cosme, San Juan Ixhuatepec y más tarde en Acteal. Aguas Blancas, El Charco. El Bosque, en fin: el disimulo, la complicidad, la impunidad, el cinismo; los dineros de PEMEX y los contratos de Ivancar que han beneficiado a Juan Camilo Mouriño, al que el de Los Pinos se apresuró a arropar al designarlo como secretario de Gobernación, y a su honorable familia. ¿Los mexicanos? ¿La memoria histórica? Bah. La solución, muy a la mexicana:
En mayo, Francisco Rojas convocó en su oficina a 45 diputados, que al final de la entrevista se negaron a revelar lo que ahí acordaron, pero tiempo después iban a emitir su acuerdo final:
«La Cámara de Diputados no abrirá juicio político alguno a los funcionarios denunciados ante ella como responsables del siniestro».
Los priistas a quienes los legisladores relevaban de toda responsabilidad fueron: Gullermo Cosío Vidaurri, gobernador del Estado; Francisco Rojas, titular de PEMEX; el ex secretario de la SEDUE, Patricio Chirinos, y el titular de la Secretaría de Desarrollo Social, uno de nombre Luis Donaldo Colosio. Pero al término del debate, y para no irse en blanco, los legisladores acordaron demandar a cierto funcionario público:
Por actos y omisiones en la elaboración de libros de texto, que redundan en perjuicio de los intereses públicos, con daño moral y económico por alrededor de 24 millones de pesos, al causante directo, el titular de la Secretaría de Educación Pública Ernesto Zedillo Ponce de etc.
¿Y? «Ya, señores, exige Alberto Orozco Romero, ex-gobernador de Jalisco. Hablar del 22 de abril es insano. Yo aborrezco ocuparme de ese asunto». Es México, este país. (Sigo mañana.)