¡Ábranse los paquetes!

En pleno recinto legislativo y en la sesión del Colegio Electoral han ocurrido desórdenes sin cuento. Para aumentar el caos, el c. diputado Vicente Fox se levanta y con dos boletas electorales improvisa unas orejas, que exhibe ante el escándalo general. Exige que se abran los paquetes electorales…

Hablé ayer del escándalo que en 1988 y en plena sesión del Colegio Electoral provocó un opositor a la maniobra con la que el priismo impuso en Los Pinos a Carlos Salinas como hoy fue impuesto, se afirma, el panista Calderón. El provocador de la escandalera fue un diputado federal por el III distrito de Guanajuato, el «neo-panista» Vicente Fox, que a gritos exigía se abriesen los paquetes electorales y se evidenciara «la intolerable imposición» de Salinas en la presidencia del país. «Para hechos», el diputado pide la palabra y en su perorata pone en labios de Carlos Salinas ironías ofensivas. El C. Presidente del Colegio Electoral, Miguel Montes:

«Con todo respeto se ruega al orador aclare los hechos que solicitó el uso de la palabra en su intervención (sic)»

Terco, obcecado, el diputado Fox sigue su soliloquio, que atribuye a Salinas hablando con sus hijos. Así ironizó Fox, representando a un Salinas imaginario que hablaba a sus hijos:

– Tengo que cuidar, hijos, que por la vía democrática no llegue al poder la amenaza de la desordenada y anárquica izquierda Ni tampoco, hijos, que participe el poder la reacción; pero mucho menos, hijos, podemos entregar el país a nuestros enemigos, quienes de llegar al poder, impedirían que todos mis amigos priistas, quienes viven holgadamente en sus posiciones políticas, puedan continuar sacando a México del barranco.

(Esto en referencia a reciente discurso de Miguel De la Madrid, donde el de las cejas alacranadas prometió que entre todos sacaríamos a México del barranco. El susodicho Fox siguió con el imaginario parlamento atribuido a Salinas):

– Por otro lado, siento miedo de no poder cumplir con México; miedo, porque la verdad es que la gente no votó por mí, sino mis amigos tuvieron que llenar las urnas; miedo, porque acabo de ver que Miguel, para poder informar al pueblo, tuvo que instalar el primero de septiembre un dispositivo de seguridad que abarcó más de ocho cuadras a la redonda del Palacio Legislativo, porque la situación es extraordinariamente critica…

Intervino el presidente de la Mesa Directiva: «Ruego a la asamblea guardar atención, pero ruego también al orador que el uso de la tribuna, para hechos, no sea un pretexto para desviar el debate ni para hablar en contra del dictamen, sino estrictamente para lo que señala el artículo reglamentario».

Irónico, Fox: «¿Quién juzga eso, señor presidente.?»

Montes: -La presidencia, señor diputado, la que conduce la asamblea

Siguió Fox: Yo, Salinas, tengo miedo, hijos. Miedo, porque la situación extraordinariamente critica de la economía pone en entredicho el futuro y la viabilidad de esta nación; miedo, porque el pueblo no tiene qué comer y qué vestir, ni tiene cómo satisfacer sus más mínimas necesidades. Miedo, porque no puedo evitar cargar a mis espaldas la pesada y nefasta carga que se llama PRI. Estos momentos de reflexión, antes de enfrentar el triste destino que me espera, quiero recomendarles a ustedes que vivan una vida con verdad, que sean congruentes consigo mismos, que rijan sus vidas bajo principios sólidos, metas claras y honestidad en todas sus acciones. Cómo quisiera que el Colegio Electoral pudiera no sólo abrir los paquetes electorales…

Impaciente, el C. Montes García: «¡Ciudadano diputado Fox! Con todo respeto le ruego que no sea esto un pretexto para hacer el estudio literario que usted está intentando; refiérase por favor a los hechos para los que pidió el uso de la palabra. Se lo suplico.

Exasperado, Fox: «¡Me está usted quitando mucho de mi tiempo..!»

Y siguió con la farsa de que era Salinas quien hablaba a sus hijos: «Cómo quisiera que el Colegio Electoral pudiera no sólo abrir los paquetes electorales, sino que en apoyo a la Constitución y al derecho pudiera legitimar y aclarar ante todo el pueblo mi triunfo electoral, o que de no haber sido un proceso electoral limpio se me relevara de la obligación de tomar este trago amargo de gobernar contra la voluntad del pueblo, y sobre todo se me relevara de tener que dar la cara a ustedes, mis hijos y mi esposa. Pero todo esto, claro, es un sueño». ‘Y así sigue él soñando y soñando. Yo les pido que aunque tenga él que ser el Presidente de México, lo legitimen haciendo siquiera un buen dictamen, de acuerdo a la Constitución, a la ley, a los reglamentos y a la lógica Muchas gracias». Esto, el Fox opositor. ¿Y hoy, hoy, hoy..?

¿Cuál fue su conducta en el proceso electoral del 2006? (Ah, Tartufo.)

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