Qué nombres para un corrido…

Estoy mirando las fotos del matutino. Las observo e intento adivinar lo que el hombre y la mujer ahí retratados estén pensando a estas horas, ya en manos, crudelísimas manos, de los de uniforme. Reviso la vera efigie de «El Tigre», nada menos que «El Tigre», o sea un tal Juan Diego Espinosa Ramírez, narco segundo en la jerarquía de la banda colombiana de Valle del Norte, según la nota de prensa Contemplo la foto de la compañera sentimental de «El Tigre»: «La Reina del Pacífico», ni más ni menos, brazo derecho de capos de la alzada de El Mayo Zambada y El Chapo Guzmán. Sandra Avila Beltrán, del cartel de Sinaloa «La Reina del Pacífico». Qué alias para un corrido…

Miro las fotos, las observo hasta bizquear, y válgame, que a tales delincuentes les advierto tamaños para la epopeya en la imaginería popular que ha erigido capillas y altares a Jesús; sí, pero a Jesús Malverde, delincuente que murió a manos de la ley. Las hazañas delictivas de La Reina y su Tigre dan la exacta medida del acordeón pespunteado con el bajo sexto que a los cuatro vientos desparramen las hazañas de esas vidas casadas con la violencia, y que en la contienda traicionan o son traicionados, y entonces la traición va a arrojar restos humanos, desgarrados restos, y cabezas sin cuerpo y cuerpos descabezados. En la venganza demencial hablaron el rifle de alto poder, la ráfaga de metralleta la granada de fragmentación. Y el rival, hecho garras, ¿reconocible. Y las A-K-47 a la guarida, otra vez…

Los capos del narcotráfico, mandones de los carteles del Golfo, de Juárez, de Sinaloa que malviven de traicionarse, vengarse, cobrarse afrentas, y masacrarse unos contra otros, todos contra todos, solos o con la ayuda de sus aliados de uniforme en su cotidiano pleitar contra los uniformados a los que aún no han podido o querido cooptar; en rudas batallas contra los agentes de la CÍA norteamericana que, encubiertos o a la descubierta, en el territorio nacional (los vende-patrias, una vez más) combaten a productores y distribuidores de droga Los capos del narcotráfico…

Vidas hazañosas: El Señor de los Cielos, El Chapo Guzmán, Osiel Cárdenas y el Güero Palma, los hermanos Arellano y Caro Quintero, el Mayo Zambada y tantos más. En la cárcel algunos, prófugos los más, o escondidos, cuando no bajo tierra o tantito peor: en las manos del gringo, donde los fueron a depositar los Judas entreguistas al servicio del vecino imperial. Los Pelones, los Zetas, los kaibiles de Guatemala, vidas dañeras, azarosas vidas, corazón bandolero de quienes se juegan su resto en el águila o sol de la cotidiana violencia Porque en la disputa de territorios su sino es la rociada de plomo a la vuelta de cualquier encrucijada del camino; que los narcos pelean en distintos frentes y, siempre contra la ley, imponen la ley de la selva, la del más fuerte, la del mejor armado, del mejor custodiado, por ganar mercados para la droga, y afianzarlos y expandirlos. «El Tigre…»

Así es el comercio de la droga en México. Con esta mano envenena el país y con esta otra le proporciona las divisas con las que, mano a mano con PEMEX y las remesas del indocumentado, equilibran su economía y le dan el qué comer. Y que a partir de la escuela primaria envenene a las nuevas generaciones, esas encargadas de rescatar el país del flagelo del narcotráfico…

Todo este comercio se perpetra en la impunidad. El Chapo Guzmán, por ejemplo, recién casado en luna de miel. Fue en la población de Canelas, Durango, donde se llevó a cabo la ceremonia, con todo y juez de lo civil y cura católico si también casorio por la iglesia La boda, rumbosa y alharaquienta fue del dominio público, y tuvo de invitados a algunos funcionarios encargados del combate al narcotráfico. Lo usual. Es México.

Una plaga purulentosa; una pústula en el organismo de la sociedad. Una matadura ya agusanada, esta del narcotráfico. ¿Por qué eligieron habitar en el corazón bandolero del peligro, arriesgando cada día la libertad y la vida? ¿Masoquistas? No, que el tráfico de drogas les reditúa millonadas, y en moneda nacional (dólares). ¿Y a esa cáfila de dañeros de miércoles, a esos Chapos, Tigres y reinas del Pacífico componerles su corrido? ¿A esos..?

Millonadas cosechan en los sembradíos de estupefacientes que ha de envenenar a gringos y a con-nacionales. Pero un consuelo me queda, y a esto quería yo llegan ellos se enriquecen hasta la náusea; ellos, que en materia de espíritu nada son, acumulan bienes materiales, y entonces se tornan exhibicionistas y alardean de su pésimo gusto en los bienes que adquieren con los dólares mal habidos. Porque los narcos tienen, pero no son. Pero en la empresa echan por delante la vida la familia la libertad. Ellos arriesgan la cuera ¿Y los políticos, mientras tanto? ¿Y Fox? ¿Y la Marta? ¿Y los hijos de toda su reverenda Marta, los Bribiesca Sahagún? ¿Esos qué tiznaos arriesgan?

La Reina, celda con celda de una rival, Cantalicia Qué nombres para un corrido. (En fin.)

2 opiniones en “Qué nombres para un corrido…”

  1. Precisamente, están en esa actividad por haber antepuesto el tener (o la búsqueda de) al ser , y una vez que tienen ,se evidencia de manera casi cómica lo que realmente son.
    Para un corrido , pues sí , de hecho ya existe el corrido ese ¿no? lo pasaron en el programa donde usted colabora, en Buenos Dias.

    Me voy a tomar la libertad de recomendar una pequeña reflexión que de alguna manera se relaciona con su propuesta de las células autogestivas. Favor de hacer click aquí

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