A primera sangre…

El Síquiri, mis valedores. Bravucón y endenciero de mecha corta, nunca me agradó como contertulio de Cádiz. Si se integró a la reunión de vecinos fue por casualidad, luego de aquella inicial invitación del juguero. Y ahí se quedó, y ahí sigue. El Síquri. Ahora, derribado en el sillón, lo veo humillar la testa, suspirar, y una vez más, monótono y reiterativo.

– Que nadie vaya a enterarse de lo ocurrido, bigotón. ¿Me lo juras?

Se lo juré. «¿Por tu madre Tula?» Por mi Tula se lo juré, y por supuesto que el incidente a nadie lo he de revelar, que di mi palabra y soy hombre de honor. Nunca diré que este Síquri mentado, ante los vecinos imagen del matasiete, del tragabalas y mascafierros, a la hora de la sangre resultó ser un perfecto zacatón. El Síquri, quién lo iba a decir; ese que salpimienta su plática con alusiones personales a riñas carcelarias y duelos de cantina, cuchilladas con maridos ofendidos y contiendas donde en la pelleja y con daga y puñal se firma el honor del macho muy macho. Ese mismo, nada menos que el valentón, vi cómo se desmayaba a la primera sangre. Haya cosa…

Ahora hemos regresado de consultar a cierto médico especialista en enfermedades venéreas, pero que manipuló la sangre del macho de mi corazón bandolero.

Al revisar los resultados: «Hombre de izquierda, ¿verdad? Militante de una ONG, sin duda. No de los Chuchos, espero, porque entonces me lo agarro de los Chuchos, lo duermo, y va a despertar con vasectomía y cincurcisión, luego de que lo haya capado como Dios manda. Y gratis».

– Perredista, sí, pero de los otros. Movilización y resistencia pacífica

– De izquierda a la mexicana. Lo acusan sus exámenes clínicos.

Achis, achis. Yo, intrigada «Cómo supo, doctor, que el paciente es hombre de izquierda y militante de una ONG?» Y válgame con la explicación del de las venéreas: «Infecciones diversas en las partes blandas, donde son más virulientas. Aquí, mire». Miré la cartulina garapiñada de cifras. «Ahora la radiografía». Alarmado, El Síquri:

– Yo no entiendo ni madre. ¿Estoy en peligro de muerte, doctor? Prefiero que me lo niegue, mas que sea una mentira, porque estoy mortificadón. Ya hasta diarreíta. Y de esa madre ni entiendo nada

– A ver si lo hago entender. Imagine que la radiografía representa el país. Aquí, a la altura del pecho, se ubica el DF; Puebla, enquistada en esta carnosidad, y Oaxaca en la región posterior. ¿Ve estas manchitas blancas? Eso quiere decir que en Oaxaca su organismo acusa un lobanillo que supura..

– Su pura madre, o sea la de Ulises Ruiz…

– Puebla acá, por atrás. Pedófilos, Sukar Kuri, Nacif, el gober precioso. Pero lo peor, aquí, en el mero corazón de su organismo, a la altura de Los Pinos, un quiste chaparrito, jetoncito, lleva nueve meses provocando metástasis en todas las zonas del país: Plan México, entreguismo de soberanía al gringo Bush, reformas laboral y del Seguro, aumento de los básicos, gasolinazo y lo que nos espera..

Al Síquri uno se le iba otro se le venía y otro más le quedaba entripado. «Bueno, sí, dije, pero rodo organismo tiene defensas, anticuerpos, glóbulos blancos. ¿Y los leucocitos? ¿Para qué están en el organismo, si no es para defenderlo de agentes nocivos?» Y válgame, que fue entonces: «Mire usted: los análisis del paciente, hombre de izquierda a la mexicana, revelan un aumento desmesurado de glóbulos blancos que sí, por supuesto, ya se movilizaron. Miles de ellos andan acá, en la zona del riñon, como quien va rumbo al cóccis, haciéndola de fumarola Ya lograron tomar la radiodifusora y están por asaltar el palacio de gobierno: «¡Fuera Ulises Ruiz!» Pero el tumor maligno ya se las hizo de pedofilia, ¿ve? Les pepenó a los más gritones y alharaquientos y los enchiqueró abajito del cóccis.

Cierto. En derredor del corazón los leucocitos ya tomaron calles, plazas y el zócalo, y por aquello de la ceremonia del Grito ya van contra el palacio de gobierno. «En eso conocí que el paciente es de izquierda cimarrona Sus leucocitos atacan, sí, pero con plantones y mega-marchita, y recabando firmas para que renuncie el de Los Pinos, hágame el plis…

Y ya Mis valedores: al Síquri, por mi madre le juré que nunca he de revelar que el muy valentón el piquetito en la vena se desmayó, ni que para la defensa del organismo enfermo y urgido de curación sus leucocitos adoptaron defensa la estrategia de cualquier ONG. Tampoco revelaré que muy leal a sus convicciones, pero que al igual que Pedro el apóstol, El Síquri rajueleó de su militancia en la mafia, digo en la tribu, digo en la corriente Nueva Izquierda.

– N’hombre, se lo confieso al doctor, y orita andaría yo sin mis alilayas.

A nadie, nunca revelaré que El Síquri negó ser un chucho más de los Chuchos socialdemócratas. Yo, chitón. Por mi Tula empeñé la de honor. (Shss.)

Un comentario en “A primera sangre…”

  1. Con la reforma electoral que viene a poner mayores trabas para el registro de nuevos paretidos , ya estuvo que las tribus perredistas se van a tener que mantener unidas hasta que la muerte las separe , como aquellas parejas mal avenidas que no se divorcian , sí se hacen la vida imposible , todo con tal de no desbaratar el patrimonio, en este caso el capital político y el subsidio que como PRD es jugoso , pero como partido nuevo pejista sería raquítico.

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