Es una declaración irresponsable de Elba Esther Gordillo, «líder moral’ del SNTE, que se pretenda vincular el conflicto magisterial en Oaxaca con el Ejército Popular Revolucionario.
Muy actual el desmentido de los maestros disidentes, y muy oportuno, pero no equivocarse, mis valedores: la anterior declaración no es de fecha reciente, ni mucho menos. Como si el tiempo no hubiese transcurrido, la acusación de la Gordillo, con el desmentido de la Dirección Política de la CNTE, Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, fue generada en el mes de julio del 2006, y hoy (por la lucha del fregadaje contra el Sistema de poder no pasa el tiempo) exhibe su continuación en las notas aparecidas apenas el pasado viernes:
Relacionan a la APPO con los ataques del EPR». Y el instantáneo desmentido de los maestros:
«Es una trampa. Calderón intenta ponernos como chivos expiatorios, al vinculamos con los presuntos atentados reivindicados por el EPR contra ductos de PEMEX Reiteramos: no tenemos relaciones con los grupos armados. Nosotros nos conducimos bajo vías legales, políticas y sociales. Relacionamos con el EPR es una trampa
«Es una trampa», clamaron los maestros, que con ello cayeron, exactamente, en la trampa que denuncian, la de la provocación que les tendió el Sistema de poder (manual de la contra-insurgencia), que consiste en lo siguiente: al arrojar semejante falacia entre dos organismos hermanos en el enfrentamiento contra el mismo Sistema, uno de ellos (los maestros) se apresura a marcar el deslinde, y con ello provoca la animadversión del EPR contra una APPO que de esta manera, con todo y que exprese la verdad, ha desconocido a su aliado de lucha contra el Poder. Así fue como la APPO cayó redonda en la provocación de su adversario. Lo dicho, mis valedores: nos vencen por ignorancia…
En fin, que leí la nota del año anterior; leí la nota de hace unas horas, y de inmediato identifiqué otra de las mañosas estrategias que apunta el manual de la contra-insurgencia para vencer a los no enterados: «Desacreditar para aislar. Aislar para reprimir…»
Asi al vincular una y otra vez al gremio magisterial de Oaxaca con la guerrilla, Gobernación y Los Pinos intentan desacreditar el movimiento de los maestros para ejercer contra ellos la represión sin ningún costo político ante las masas sociales. A propósito…
Dije guerrilla, mis valedores, y de inmediato se me vino a la mente la vera efigie del Che Guevara, la estampa de Genaro Vázquez, la foto de un Lucio Cabañas de aspecto pacífico, sentado y empuñando el fusil, y la otra, estremecedora, con el cadáver del guerrillero, y en semicírculo, para la foto y con aspecto de cuervos que se preparan al festín de la carne muerta, una tandada de sardos satisfechos después del triunfo. Recuerdo, asimismo, las fotos de los heroicos cadáveres de quienes en una acción tan inútil cuanto generosa entregaron su vida al colocarse en un terreno donde el enemigo histórico es infinitamente superior en fuerza legal y armada En Madera, Chih., los hermanos Gámiz; anónimos casi, que originaron la creación de la Liga 23 de Septiembre, hoy también arrasada y tantos más que de la lucha salieron en calidad de cadáveres, cuando no, tantito peor, de cooptados por el Sistema Mis valedores…
¿Habrán conservado ustedes la memoria histórica? ¿Conocerán, por consiguiente, la crónica de tantos que de la cárcel fueron liberados por Echeverría en calidad de vendidos (otros tantos, de comprados) a raíz de los sucesos del Dos de Octubre de 1968 en Tlatelolco, en la «exitosa» maniobra de destruir desde dentro al Comunista Mexicano..?
La guerrilla dije, y recordé a aquel Lucio Cabañas Barrientos, maestro rural cuya labor docente se ubica en las antípodas de la que ejerce la maestra Elba Esther Gordillo, y al que a chicotazos de injusticias el gobierno forzó a la guerrilla Aquí, ahora, recuerdo al guerrillero y profesor rural, a la distancia de treinta y tres años de que cayó en pleno combate en la serranía de Guerrero. En esbozo, su retrato hablado, escrito:
México, 2 de diciembre de 1975. Paisanos, tengan presente, no se les vaya a olvidar. No se les olvide que fue hace 33 que en la serranía de Guerrero cayó en combate el comandante Lucio Cabañas, guerrillero y maestro rural. En Atoyac de Álvarez y a las cinco y media de la tarde de diciembre del 2002, nostálgicos fieles del insurgente inhumaron sus restos y los fueron a depositar en el punto en que se alzaba el tamarindo a cuya sombra el combatiente se manifestaba contra el gobierno. (Sigo mañana)