Los derechos del hombre están, me atrevo a afirmarlo, en la raíz de todos los problemas capitales de nuestro tiempo.
Eso a su hora puntualizó el jurista y académico Antonio Carrillo Flores, y lustros después un Francisco Paoli Bolio, neo-panista;
La democracia de un país se mide por el respeto a los derechos humanos.
Cierta como es la aseveración del panista, y a la vista el almácigo de cadáveres sembrados en Ciudad Juárez y el resto del estado, como asimismo en Michoacán, Guerrero, Nuevo León y prácticamente el resto del territorio nacional, ¿cuál es ese tan cacareado respeto a los derechos humanos que tanto nos mienta y exalta un neo-panista de apellido Calderón? En el documento titulado Estado de los Derechos Humanos en el Mundo, correspondiente al 2007, lo acaba de asegurar Amnistía Internacional:
Es decepcionante el trabajo de Calderón. Continúan violaciones, tortura, detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza y procedimientos judiciales sin garantía. La impunidad es el componente más arraigado en los casos de abuso.
El organismo internacional pone de ejemplo los operativos policiaco-militares ordenados por le presidente Calderón. Por cuanto al problema que se suscitó hace casi un año entre la APPO, Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y el gobierno estatal, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos: Ulises Ruiz atentó seriamente contra los derechos humanos de que fueron víctimas más de mil 600 personas«. Pues sí, pero a un siglo de distancia lo afirmó don Emilio Rabasa, jurista experto en relaciones internacionales:
Lo malo es que no sabemos cuáles son los derechos naturales del hombre.
Y sí, para vislumbrar detalles de un tema que se nos torna de requemante actualidad, de la declaración de la UNESCO en 1947 transcribo para todos ustedes, quejosos de que no se respetan sus derechos de hombres y ciudadanos:
«Los derechos del hombre son valores: señalan lo que es natural y justo, pero además exigen; son aquellas condiciones de vida sin las cuales, en cualquier fase histórica dada de una sociedad, los hombres no pueden dar de sí lo mejor que hay en ellos como miembros activos de la comunidad, porque se ven privados de los medios para realizarse plenamente como seres humanos»..
Al propio tiempo, las declaraciones mundial e interamericana de 1948 estipulan cinco tipos diferentes de derechos humanos:
1- Los civiles. Son los que han sido bandera de lucha contra un poder injusto, y se refieren al respeto a la vida misma, a la libertad, a la seguridad personal y a la prohibición de los castigos crueles o degradantes, no sufrir discriminación alguna en razón de raza, color, sexo, lenguaje, origen nacional, etc., y proscribir la pena de muerte.
2.- Derechos políticos Se reconoce el del individuo a tomar parte en el gobierno de su país, así como el de tener acceso en condiciones de igualdad a las dignidades públicas. La voluntad del pueblo será la base de la autoridad del gobierno -el voto, sí, pero respetado-; así, los pueblos tienen derecho a definir su status político y desarrollo económico, social y cultural, además de disponer, como lo estimen prudente, de su riqueza y recursos naturales.
3.- Derechos económicos, incluyen la libertad de trabajo, el tener condiciones favorables en las labores, la protección contra el desempleo, el derecho a recibir una retribución favorable que asegure al trabajador y su familia una existencia compatible con la dignidad humana y a un nivel de vida adecuado para su salud y de su familia, incluyendo alimentos, vestido, habitación, cuidados médicos y servicios sociales necesarios.
4- Derechos sociales. Incluyen el derecho al descanso y al ocio, al igual que el del objeto de asistencia y cuidado especial que deben garantizarse a la maternidad y los niños, nacidos dentro o fuera del matrimonio. Todos gozarán de la misma protección social
5.- Derechos culturales. La educación elemental será gratuita y obligatoria. La educación superior, al igual que la de índole técnica y profesional, se pondrá al alcance de todos. La educación estará dirigida al desarrollo completo de la personalidad humana y promoverá el entendimiento, la amistad y la tolerancia entre todos los grupos raciales y religiosos. Todos los ciudadanos tienen derecho a participar en la vida cultural de la comunidad, de gozar las artes y de compartir el avance científico y sus beneficios. A esto se le nombra: «derechos del espíritu».
En la Declaración de Independencia de EU (1776) lo estipuló T. Jefferson: «Mantendremos que (…) todos los hombres son creados iguales; que están dotados por su Creador con derechos inherentes e inalienables; entre ellos la vida, la libertad y la persecución de la libertad». Tales conceptos no incluían a negros ni a indios, ni se pronunciaban contra la esclavitud. (Lástima.)