¿Quién es la víctima..?

¿Quién es el verdugo? De la actual situación conflictiva que vive el país y el deterioro en el nivel de vida de los mexicanos, ¿quién es, quiénes son los responsables? Somos nosotros, naturalmente; los propios mexicanos somos los responsables, por comisión y omisión, de todo lo bueno y todo lo malo que acontece en el país. ¿Quiénes, si no, permiten que el Sistema de poder, para su propio beneficio, los maneje desde los medios de condicionamiento de masas? Por cuanto a las maniobras políticas que lograron imponernos en Los Pinos a «uno chaparrito, peloncito», etc., que dijera a su hora el Espino dirigente del blanquiazul, piensen ustedes en la Gordilo.

Sí, la Gordilo, ni más ni menos; esa misma que en el pasado proceso electoral jugó un papel, o más bien lo peleó, lo perpetró, para apuntalar la ofensiva con la que los grandes capitales y el alto clero católico, la industria del periodismo y uno que otro panista el segundo marido de Marta y la segunda esposa de Fox, aniquilaron la candidatura presidencial que intentaba engranar nuestro país al proyecto común de diversas naciones hermanas en el sur del continente, y con ellas enfrentar las políticas neoliberales de Washington y el agio internacional. A fin de cuentas Bush se interpuso, y ahí cambió el curso de la historia de nuestro país. Y mis valedores: así seguimos; con un gobierno reaccionario que es el de los Pro-vidas y legionarios de Cristo, los Caballeros de Colón y la capa pluvial de Norberto Rivera, el inquisidor que mantiene a México excomulgado o en peligro de excomunión. Laus Deo. Por cuanto a la «lideresa moral» del sindicato de trabajadores de la educación, la pantanosa Gordillo

Esa, ¿traidora al magisterio? se preguntan algunos, y contestan otros:

Y no sólo traidora, sino que también carga sobre sus lomos presuntas complicidades en delitos que involucran sangre y muerte, y que por intereses del propio Sistema de poder, de cuyos cimientos forma parte esencial, nunca se han podido, nunca se han querido probar. Sobre la acusación de traidora, cierto día la señaló Carlos Jonguitud. «líder moral» que fue de ‘Vanguardia Revolucionaria» del magisterio (aquí líder moral significa sátrapa, cabecilla, mangoneador, enriquecido hasta la náusea de las cuotas sindicales. Cada «sindicato» tiene el «líder moral» que se merece), tras unos años de forzado silencio después de que el de Los Pinos lo arrojara violentamente del cacicazgo que el potosino había creado dentro del sindicato del SNTE. Acusó Jonguitud:

– Claro que Elba es una traidora: a mí, que la alcé de la nada, a la causa del magisterio, al propio sindicato. Una traidora, la Gordilo.

Por cuanto a la riqueza descomunal que la maestra ha acumulado muy al estilo de su difunto colega el «maestro rural» Carlos Hank González, acusó Jonguitud: «¿Millonaria por herencia? Yo vi a esa mujer en condiciones de verdadera miseria Eso de que su abuelo le dio millones son vaciladas como para Ripley..»

Traición y una riqueza inexplicable que los hombres de Los Pinos, uno tras otro, esos mismos que a su hora se han llenado la boca con la ley y el estado de derecho, nunca han podido, nunca han querido aclarar. ¿Calderón, dice alguno de ustedes? Ese mucho menos, él que empieza apenas -a penas- a pagarle facturas, que a la Gordillo le debe media posadera en el sillón de Los Pinos

Pues sí, pero aún siguen ahí, vivas y requemantes, las acusaciones, nunca probadas, que ligan a la Gordillo con muchos y muy diversos delitos de sangre, acusaciones a las que aludió el depuesto cacique potosino con aquella frase que tantas sugerencias dejó entrever:

-Ya en la lucha Elba es capaz de muchas cosas…

En fin, que acusada y acusador son coyotes de la misma loma, y si su seña de identidad fue siempre una complicidad que se continúa con los blanquiazules, ¿qué han hecho, por su parte, los maestros de la Coordinadora, para exhibir a la Gordillo de traidora, ladrona y aún autora intelectual de algunos hechos de nota roja.?

Ellos, bienintencionados, año con año, durante lustros, junto con organizaciones como la Coalición de Colonias de Tulpetlac rinden homenaje al asesinado maestro Misael Núnez Acosta, «caído en defensa de los pobres», y a su hora gritaron su repudio a Jonguitud, al que señalaron de protector de los autores materiales e intelectuales de un crimen que hasta hoy permanece impune ¿Los tales? Ya hace décadas se mentaba ese nombre que tanto de negativo sugiere: Elba Esther Gordilo, que en su papel de «lideresa moral» ha acumulado una riqueza ilícita y unos hechos de sangre que mosquero a la carroña le siguen el rastro, la biografía personal ¿Y? a la Gordillo, ¿qué ley la ampara? (Eso, mañana)

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