Morir antes que pedir perdón

Perpetró, con otras instituciones, una conducta que trajo como consecuencia los hechos de 1968, pues por medio de la Dirección Federal de Seguridad se constituyó un grupo armado, denominado Batallón Olimpia…

¿A quién acaba de acusar el magistrado Ricardo Paredes en relación a la masacre del Dos de Octubre en Tlatelolco? Es a ese, precisamente, que en su momento soltó la frase retumbante:

Cualquier mexicano preferirla morir antes que pedir perdón y, en primer lugar, el Presidente de la República…

¿Identifican ustedes al autor de la frase? Por aquello de pedir perdón, ¿no les parece que hubiese podido ser Díaz Hordas después de la carnicería de la Plaza de las Tres Culturas? Otra más de sus frases características:

Nuestros logros siempre serán pequeños en contraste con nuestras ansias de plenitud y justicia…

Claro, sí, por supuesto, pues cuál otro pudiera ser, sino ese Luis Echeverría que para muchos analistas fue, es, el verdadero multi-asesino de Tlatelolco. Echeverría, personaje de extraño perfil psicológico, que anocheció mudo y discreto cuando titular de Gobernación para, de repente, ya como sucesor de Díaz Hordas, amanecer gárrulo, desatado, verborreico, hiperkinético, que después de sus seis años de gloria iba a tornar a ese silencio del que nadie ni nada lo puede sacar ni a chicotazos de la ley y de reglamentos. Echeverría, el artífice de la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados que, documento oficial de la ONU (así lo soñaba el tercermundista), vendría a revolucionar el planeta. índice en alto lo declamaba el susodicho: A problemas de siglos, o problemas creados recientemente en México por el afán de justicia de muchos grupos, encontraremos soluciones estables y verdaderas sólo por el camino del Derecho…

Hace algunos ayeres fue requerido por las autoridades que investigaban los crímenes del pasado para que contestar un centenar de preguntas. No lo hicieron hablar. Yo, entonces, le envié el siguiente mensaje que hoy redondeo: Sr. Lic. Luis Echeverría Alvarez:

Así que se niega a hablar. Así que se negó, de plano, a acudir a la diligencia ministerial programada. ¿Pues qué, no le arden los oídos con las frases vituperosas que le lanzan integrantes de un cierto Comité del 68, como aquellas de que Los cobardes se escudan en el silencio, y El silencio es inmoral? ¿Se calla hoy ante quienes torturaba? ¿Qué tan cierto es, señor Echeverría, que el silencio en el que se escuda es una artimaña, porque usted supone que al callar será imposible probar de forma contundente su responsabilidad en los crímenes que se le imputan? Que no se va a librar, porque como ellos dicen: «Existen otros medios…»

¿Se referían a los que usted aplicó en la masacre indiscriminada del 68 y la selectiva, mucho más criminal, de 1971 y años subsiguientes? Usted, que desde el sillón de Los Pinos, así recitaba:

El Poder Ejecutivo, lejos de sentir que va de salida, considera de su deber hacer todo lo posible en todo momento, hasta el último día de su gobierno, para continuar en una obra de justicia transformadora…

Justicia transformadora. Señor Echeverría: ¿por qué ahora se niega a hablar? Allá por la década de los 70, ¿no fue su pasatiempo favorito? ¿Pues qué cambio es ese, tan radical? ¿Ya se le retiraron las ganas de lanzarse con aquellos monólogos de horas, por no decir de días, de años, de sexenio..?

Que por aquel entonces fue gárrulo; me consta; que lo sufrí cuando atragantaba de cámaras y micrófonos, en vivo y a todo color, de costra a costra y de frontera a frontera, ventoseando, a lo demagógico:

Pensemos que si hacemos bien, si hacemos cada dia mejor lo que sea nuestro quehacer, estaremos contribuyendo a ese bien colectivo, a que nuestra patria vaya hacia arriba y adelante, porque eso es lo que importa por sobre las circunstancias o los problemas o los sueños o las aspiraciones de cada quien…

¿Y ahora, de pronto, se acoge al dicharajo aquel de que en boca cerrada no entran víctimas? ¿Y antes? ¡Con la participación de los sectores más amplios de nuestra sociedad, con la práctica de una nueva moral revolucionaria, moral de congruencia entre las palabras y los hechos, entre los principios y la conducta, México continuará avanzando en el futuro, hacia una democracia social en la que la justicia se realice en libertad..!

Señor del Gran Silencio: Hoy, marzo del 2007, de nuevo se niega a hablar, mientras sus abogados presentan una demanda de garantías para obtener la protección de la justicia federal y así recupere la libertad que perdió en noviembre pasado, cuando le fue dado por cárcel su propio domicilio. Usted, cuando gárrulo, ¿qué decía de la Justicia en libertad..? (Ah,LEA.)

3 opiniones en “Morir antes que pedir perdón”

  1. ¿será el juicio implacable de la historia el que lo juzgue?, o ¿finalmente la comodidad del olvido colectivo lo dejarán en su pedestal de barro?.

  2. Sólo repito lo expuesto por Mario Mendez Acosta: «Al parecer la negativa a declarar es un recurso recomendado por sus abogados pues al principio de las comparecencias Echeverría gustaba de enfrentarse a la prensa y ponerse a debatir con los reporteros a las afueras de los juzgados «

  3. pues la verdad yo admiro a ese señor pues con esos metodos de orden estabilizador habia antes mas respeto hacia nuestros adultos mayores..pero ahora…para prueba un boton los estudiantes de nivel medio superior que hacen su desorden y ya derechos humanos los defiende que falta de control ojala y el lic.enrique peña nieto pueda con toda esa bola de haraganes que en lugar de estudiar se la pasan fumando marihuana..fuera de los planteles..saludos a todos y al que no le guste mi comentario …..pues ni modo……

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