La boca me sabe a sangre

Ayer, a propósito, envié aquí mismo un recado a López Obrador, complemento de éste que le mandé hace un año y meses: «Estoy mirando, a colores y en relieve, el mapa de México, que en los próximos años habitaremos usted como gobernante y yo como gobernado. Si nos dejan. Observo el patrio territorio con sus bosques y montañas, valles y cordilleras, ríos, mares y planicies, mesetas y serranías. Le miro, como venas, arterias y vasos capilares, su entramado de vías férreas, brechas, y carreteras. Como grafitos desparramados a lo largo y ancho del territorio, ahí los nombres de sus ciudades, villas y aldeas. Lo miro, y pienso, y desde aquí le digo, señor:

¿Cómo, de qué forma, con base en qué estrategia piensa usted enfrentar el problemón de los delincuentes y la impunidad de que hasta ahora han gozado para andar del brazo y por la calle? ¿Cómo intentará evitar que le hurten el cuerpo a la acción de la justicia? Si en el mapa del país existen tantas carreteras que anudan otras tantas ciudades, y cada ciudad empolla junto a sí su aeropuerto, ¿cómo piensa controlar vuelos desde aeropuertos, corridas de vehículos en las carreteras y casas de seguridad ubicadas estratégicamente en este o aquel barrio de esta o aquella ciudad? Amparo en la bolsa, escondite en la casa de amigos, de familiares, de cómplices; disfraz, barba larga, lentes oscuros, pasaporte falso, vuelo particular,viaje a deshoras de la noche en camioneta de vidrios polarizados. ¿Cómo piensa controlar a los delincuentes?

Alce los ojos mire ese tránsito de avionetas que rayonean nuestros cielos; vuelos clandestinos. Ahora baje la vista y observe, clandestina también, esa red de pistas de aterrizaje con los brazos abiertos para acoger toda suerte de prófugos y fugitivos. Cómo asegurar que los delincuentes reciban todo el castigo que se merecen y así atemperar la indignación del paisanaje ante las acciones violatorias de la ley de quienes se saben impunes frente a una «justicia» alcahueta. Cómo, don Andrés Manuel. Cómo.

Las autopistas, señor, como las olas del mar, van y vienen, y van a ovar -a deponer de su carga- en las zonas más impredecibles. Ahí nomás, tras lomita, tenemos unos bosques tupidos, en cuya espesura los criminales pueden encontrar escondrijos perfectos y encuevarse en alguna de las estribaciones de la serranía. Una cabaña en la espesura del bosque, una hacienda aún sin derruir, una choza en el monte, la casa de seguridad que facilitaron los cómplices, en fin. Cuándo va a usted a dar con el paradero de los maleantes, señor…

Gente dispuesta a valerlos, siempre la van a tener a la mano. Tan lucrativo es el negocio ilícito, que compra lealtades y alquila voluntades de gente dispuesta a todo contal de medrar en la protección de los fugitivos. ¿Cómo piensa usted desmembrar la mafia y someterla a las leyes, señor? Vamos a suponer que logra usted la aprehensión de este o aquel de los mañosos. ¿Las inmediatas repercusiones? Que ahí se va a producir, al tanto más cuanto y (no) llevamos tanto, la erisipela de abogados y jueces especialistas en el manoseo de la artimaña legal y el amparo oportuno. La chicana, señor, y la amañada interpretación de unas leyes elásticas, que parecen cortadas a la medida del delincuente. ¿Cómo enfrentar el problema? ¿Que logró usted encerrar a este o a aquel en el reclusorio? De ahí, señor, se han fugado. ¿En la cárcel de alta seguridad de Puente Grande, señor? ¿No fue de Puente Grande de donde logró fugarse Joaquín «El Chapo» Guzmán? ¿Al penal de máxima seguridad de La Palma, en Almoloya de Juárez? Señor: las rejas de alta seguridad se abren con maniobras legaloides; pregunte, si no, a Raúl Salinas, otro manifiesto bandido de los dineros públicos. ¿Y? ¿Qué rejas son capaces de resguardar a criminales de ese calibre y calaña tal? Convénzase: esos delincuentes están organizados en mafias, y han creado redes de compinchaje que los tornan invulnerables, o casi. Los delitos de esos quedan impunes, y si usted me pregunta quién me proporcionó la información, yo le contesto: la Historia y la realidad objetiva. Así pues, mi don Andrés Manuel: Si nos dejan, en el próximo sexenio usted será el que gobierne y yo el gobernado. Que cumpla o no cumpla sus promesas de candidato, ya a su hora lo sabré, pero una de ella me parece casi imposible: con la descripción que acabo de hacerle de la extensión y complejidad del mapa de México, ¿cree usted posible, pero de veras, cumplir su promesa de llamar a cuentas a Fox y Hnos., a Marta y familia, a los hijos de toda su Sahaguna y a la parentela en realada, que todos aprovecharon ese puesto para saquear nuestros dineros, que de todos son para beneficio de todos? ¿Podrá usted, don Andrés Manuel? ¿Podrá? Yo lo dudo, pero eso lo vamos a ver. A su hora».

Eso, ayer. Hoy, la boca me sabe a lo que apesta esta nota de miércoles: La Presidencia declaró la inexistencia de facturas sobre los gastos de Marta en Washington para la exposición Dhrina-humana. Jamás se conocerán dichos gastos… Cómo, si lograron imponer a su pelele… (México.)

2 opiniones en “La boca me sabe a sangre”

  1. Tiene razón mi valedor en que AMLO no podría con toda «la pandilla de rufianes», pero al menos yo no tomé esto como su principal objetivo, en cambio hay que recordar la campaña del presidente impuesto: «mano dura contra la delincuencia organizada y el narcotráfico». Si creyera en esa campaña me gustaría ver que diera un paso en contra del narco… ¿Dónde fue que rodaron cinco cabezas sobre una pista de baile…?, ¿así que será el de la «mano dura»?

  2. No existe el hubiera, los hechos son lo que cuentan: Narcotrafico apoyado por policias municipales,estatales y federales, el ejercito,la naval, presidentes municipales,gobernadores y ¿presidente?.
    Delincuencia organizada: ISOSA,el hermano incomodo, los bribiesca, fobaproa,Vamos mexico,loteria nacional provida, Camel Nacif,padre aguilar,fraude electoral.
    Se pierden los limites marcados en un Estado decadente infiltrado por la corrupcion y la ambicion,
    Pero eso si, atacan a altermundistas,manifestantes (atenco, appo,pejistas.

    viva el estado de derecho
    vivan los fox que nos dieron patria
    viva el pan y su yunque
    viva el tolete y monseñor abascal

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