Allá por mayo del 2005 se publicó la noticia: De uno a tres años de prisión, asi como de 50 a 200 días de salario mínimo, como multa, al que provoque o incite al odio o a la violencia, excluya a algún usuario, o niegue y restrinja los servicios a personas que se distingan por su orientación sexual…
Hoy, después de que hace más de 4 años el PAN envió a la «congeladora» la Ley de Sociedades en Convivencia (matrimonio entre seres del mismo sexo, que apodan «ley gay»), se actualiza y será ponderada en la Asamblea Legislativa del DF., y el reclamo cobra renovada actualidad:
– ¡Basta ya! ¡Respeto a la mujer y sus preferencias sexuales! ¡Venimos a gritar al gobierno y a la Iglesia, que tenemos ciudadanía! ¡Que el cuerpo, que mi propio cuerpo, no es de la Iglesia, no es del gobierno, no es de los partidos políticos! ¡Mi cuerpo es mío..!
Qué bien. Por encima de todo y de todos, las compañeras del lésbico amor demandan respeto incondicional para sus derechos de humanas y ciudadanas. ¡Alto a la discriminación de género! ¡Que cese la matanza de mujeres en Ciudad Juárez y se esclarezcan por fin, y que por fin se resuelvan los casos de nota roja de cientos y cientos de cadáveres violados, macerados, desgarrados a mordiscos en pechos y genitales, con las víctimas de los sicópatas, de los pervertidos sexuales, padeciendo inacabable muerte por asfixia, bala, arma blanca, con el más aberrante y atroz de los lujos, el de crueldad. ¡Alto a la siembra de cadáveres en Ciudad Juárez..!
Tales son los constantes reclamos de las compañeras lesbianas contra una comunidad que encubre sus vicios con la máscara de las «virtudes» públicas, moralina vil, mojigatería y tartufismo. ¡Basta ya!, claman las compañeras que enfrentan cara a cara los dogmas, prejuicios y sectarismos del Sistema y el individuo, del macho al que se han cansado de soportar. ¡Basta!
Pues sí, pero lástima, mis valedores, porque frieron mujeres (no lesbianas, por supuesto), las que hace algunos ayeres corrieron a denunciar a determinadas parejas de homosexuales que se manifestaban su amor en el Metro, para que de allí friesen arrojados por guardias que apelaron a la Ley de Seguridad Pública e ignoraron la fracción respectiva del Código Penal del DF que supuestamente garantiza sus derechos. El incidente, que debería avergonzarnos, pasó casi inadvertido, como también las «razones» de los de Seguridad, muy al modo de la moralina y la gazmoñería de las épocas rancias:
¡Los homosexuales deben respetar al público usuario y no mostrar sin pudor alguno sus desviaciones! No pueden tocarse como si fueran un hombre y una mujer. Provocan traumas a los pequeños y a los jóvenes. Esas cosas son degradantes. Nuestra obligación es pedirles que salgan de las instalaciones, y esto, a petición del público usuario.
Sobre tal modo de proceder del homosexualismo vergonzante (la atracción del abismo), mucho pudieran decir los especialistas en la humana conducta. Pero en fin, ¿que alguno de los presentes, avergonzado del medieval espectáculo, se hubiese opuesto (nadie se opuso) a la discriminación, a la persecución en contra de los homosexuales? ¿Que alguno se hubiese atrevido (nadie se atrevió) a protestar por el aberrante maltrato y la violación a los derechos de humanos del odio irracional y homofóbico contra los «gays»? Las «razones de los empleados del Metro:
– Los derechos humanos de los homosexuales terminan donde comienzan los de los niños y demás ciudadanos. Si a algunos no les gustó nuestra acción, ¿qué harían si viajan en el Metro con sus hijos, sus esposas o novias, y ven a dos hombres o a dos mujeres acariciándose? Ah, ¿verdad? Eso no se acepta en la idiosincrasia de mexicano.
¿La qué del qué, dicen ésos? Ah, la rampante ignorancia y la mediocridad de las masas, mediocridad e ignorancia malparidoras de engendros como el prejuicio y el dogma, la intolerancia y el sectarismo que pueden desembocar en el linchamiento de los «diferentes». Pero a ver: ¿semejante homofobia es lepra y cochambre sólo de mediocres como los tales guardias de seguridad en el Metro? No, que también en el vivo corazón de nuestra UNAM, donde, según lo denuncia el Grupo Universitario por la Diversidad Sexual-UNAM, operaba, ¿opera todavía? un grupo homofóbico denominado ¡MAP, Movimiento Anti-Putos! (textual, y qué vergüenza tener que transcribir semejante tufarada de aliento pestífero), «cuyos miembros extorsionan y agreden, incluso con bates, a los estudiantes de la comunidad gay. «A algunos les han llegado a romperles la nariz». Integrantes de Auxilio-UNAM, el equivalente a los guardias de seguridad en el Metro:
– Te cáis con 500 pesos o te quedas encerrado, pinchi puto…
¡Esto, en nuestro país! ¡En el corazón de la UNAM! (La náusea.)
Quiero aportar esta información: según estudios recientes que escuche en una conferencia del Dr. Erick Estrada (profesor de Chapingo) en el norte del país se ha observado un significativo incremento de jóvenes con preferencias homosexuales, esto debido a las hormonas que se les administra a los animales que se crían para consuno humano, esto para disminuir su tiempo y costo de crianza y mejorar supuestamente la calidad de sus carnes, quesos y huevos, y que pasan a nosotros desde edades tempranas al consumirlos, por lo que al llegar a la adolescencia, les produce confusión y se han observado niñas que a los 7.5 años empiezan a menstruar, cuando lo normal es entre lo 13 a 15 años. Se presentan más casos en el norte debido a que el consumo de carne es mayor en esos lares. Esto es un problema de salud pública del que no se habla.
Asi es valedor somos un pueblo adoctinado por la iglesia y el gobierno (además de televisión, sin contar con los complejos ancestrales heredados de la familia)
atacamos y tememos lo que desconocemos, y por experiencia propia puedo decirte que los homofobicos, temen descubrir su lado femenino,(que los hombres no lloran, las mujeres son abnegadas, las niñas de rosa y los niños de azul, la mujer en su casa, etc).
yo no soy gay pero he llegado a sufrir ataques verbales por mi forma de pensar y ser y a menudo me confunden, solo se burlan de mi los inseguros y prejuiciosos(incluso mujeres)
POBRE MEXICO ¡TAN FALTO DE IDENTIDAD!
Don Tomás y amigo Héctor, comparto vuestras valientes opiniones de defender el derecho a la diversidad, sobre todo, los apoyo y animo a no claudicar ante los ataques de los prejuicios, no sólo de los mexicanos, sino de toda Latinoamérica, donde el machismo es muy fuerte todavía. Muy importante la educación en hombres y mujeres, sobre todo éstas últimas, que por los roles tradicionales lideran la educación y crianza de niñas y niños, y transmiten todas estas estas actitudes reaccionarias, inhumanas. Hay que fomentar los valores de la solidaridad, el respeto a la disidencia, al otro, sea quien sea. No alcanzaremos verdaderas democracias si continuamos con esta intolerancia y pensando que mujeres, niñas, niños, ancian@s, negrxs, homosexuales o simplemente seres humanos en condiciones de pobreza económica, son ciudadanos de segunda… Todas las intolerancias son odiosas, pero hay que distinguir también entre los líos homofóbicos, el racismo, el clasismo y todos esos rasgos del fascismo que parecieran resurgir en ciertas zonas de nuestro amado continente… Pero hay fuerzas libertarias que resisten y en esa estamos inscritas! No nos desanimemos! Salud, que todo puede ser mejor siempre!