Mentira, cinismo, manipulación

Que si el presidente electo cumplirá las promesas sintetizadas en su plan de gobierno 20-30, me preguntó ayer al mediodía alguno de los pasajeros del Metro. Yo, a su pregunta, recordé aquella, idéntica, que me dirigió en 1994 otro pasajero, mientras me mostraba el cartel donde seis, ocho con aspecto de ingleses, viajaban en el vagón. Y la promesa: – Más rutas y mejor transporte. Zedillo. Para el bienestar de la familia. Ã?l sabe cómo hacerlo.

Bello aspecto el de los pasajeros del cartel. De repente, aquí y ahora: ¡Estación Centro Médico! ¡El aluvión de enfermitos al y del hospital! El de la camiseta del Heavy Metal me restregaba la nariz con el estropajo. El sobaco, sí. Agrio. Acedo. Corrompido. Yo, el amago de vómito. La anciana de junto: «¡Sésguese p’ otro lado, no me vaya a bañar! Chinches borrachales…»

Yo, por hurtarle el cuerpo a la realidad, volví a los pasajeros del zedillento cartel: ellos, casimir gris Oxford. Pachonas y gordas las italianas, me refiero a las corbatas. Y esos mocasines, espejeantes. Alguno, pipa humeante, hojea su Times. Sección financiera Por cuanto a las sota mozas…

Aquí, en la realidad (en el vagón en el que iba asfixiándome), el del labio leporino y el bolsón de yute, un aliento a hígado en agonía: «¿Va a bajar, oiga?» Y pues que
no, oiga, y pues que entonces por ái compermisito, y que cuidado, oiga, y al empujón fui a caer sobre las piernas del que divagaba con su revista de vedettes y alarmas. «¡Mañoso, levántese, ya me la aplastó!»

La revista Qué pena Me alcé. Y el ahogo, y las emanaciones, y las digestiones laboriosas, esforzadas, dificultosas. La sofocación. En las apreturas, la anciana aquella que forcejea con la bolsa de plástico contra las narices. Abuelita pensé, ¿usted, chema a su edad? Pero no. La bolsa, contra unas encías desmoladas, cachos de tortilla embijadas de frijoles. Su comida Y el sonecillo de la armónica de boca El ciego se me estacionó en mero enfrente, me aprontó el cacharro de las moneducas, y lo sonajeaba «Ai lo que guste, amable caballerito, no se haga».

El cual, amable caballerito, por hacerme el desentendido seguí examinando el cartel. Ah, la propaganda que le andaban haciendo al coordinador de campaña de un Luis Donaldo corrupto cuando vivía, y a su muerte, válgame, santito nuevo, dónde te pondré. Por cuanto a las pasajeras de la foto, pues qué: ¿exhibición de modas? Los guantes aquellos, aquellos sombreros, semejantes falditas, y debajo aquellas válgame, y todo tan real en cartel, puro papel couché de espléndida calidad, como todo lo que con nuestro dinero le financiamos al Sistema de poder. De escotes y falditas me llegaba aquel aroma de Chanel Tú, la trigueña, con una pierna cruzada tan cerca de mis ojos, tan lejos de mi vida Y tú, la rubiales: peregrina de ojos claros y divinos. Y el aroma a esencia de París, y el aroma que… válgame con la ruda digestión de alguno de mis vecinos de caos. Y aquel mano-larga, los refregones a mis dos posas. Pujé, respingué, pandeé el cuerpo. «Perdone, mi señor, no fue mi intención pasteliármelo (el de la mano atrevida). Es que con este apretujadero, ni cómo practicar el dos de bastos como Dios manda».

Ah, carterista Y así que Más rutas y mejor transporte. Zedillo. Para el bienestar de la familia. Ã?l sabe cómo nacerlo. Vote asi el… Y este condenado Metro, Dios, que no avanza ¡Voy a llegar tarde al programa! ¡Me van a dejar sin empleo! Hazme una santa Rita de Casia Una merced. «Así que como la ve, mi valedor, ¿cumplirá Zedillo?» -el de los Dodgers.

– Mire usted: yo creo que ya todos, sociedad y Sistema, caímos a la categoría de cínicos y embusteros. Porque si analizamos el…

¡El frenón! El chamaco me estrelló el de pistache en la pana a la altura de la bragueta La adolescente de lentes se clava azorada, en el cucurucho que sobresale, horizontal, como nariz de Pinocho. Las esferas de nieve comienzan a escurrir. «¡Mami, mami, el güey ese me lo echó a perder! ¡Ya valió sorbete mi sorbete de chocolate y nuez!» Y me tiraba agarrones. Yo reculaba lo que podía Con todo y bolas. «¡Ã?itale, mañosón!», el flaco de la cotorina Al frenón el cucurucho se estampó en el chemis del hare krishna o como se escriba ¡Y el Metro, tan lejos de la radiodifusora! ¡Y ya casi la hora de salir al aire! ¡Y estos nervios, y…! «Bueno, ¿ahora ya puede decirme cuánto habrá de verdad en la propaganda política? ¿Cree usted que si voy y se las doy a Zedillo, las papeletas, yo también podré viajar en el Metro como esos del cartel?»

– Le repito, compañero: cuando la mentira, el cinismo y la manipulación de unas masas que se niegan al cambio, llegan a extremos de…

Vi de reojo y válgame, ¿en qué estación estábamos? ¡Basílica!, ¡Juárez quedó muy atrás, qué sugerente! Y lo que son los reflejos condicionados: a caballazos gané la puerta, y a todo pulmón: «¡Esquina bajan, chofer!»

Los pasajeros, observándome en silencio. (Qué pena)

2 opiniones en “Mentira, cinismo, manipulación”

  1. El tan publicitado por televisa plan 20-30 , del espurio Raton Vaquero Calderon, lo que quiere decir realmente es que al final del sexenio , habra de 20 a 30 millones mas de pobres en Mexico . Saludos querido Valedor.
    Dr. Octavio Gutierrez

  2. Los foros de México 2030 servirán para los que respaldan a Calderón se den a notar como el premio Nobel de Química (de ciudadanía norteamericana)Mario Molina, y para seguir con la vocación alegativa de la política mexicana.

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