Matar la gallina de los huevos…

La recuperación de Cozumel, recién azotado por el huracán Vilma, podría verse frenada. «Carnival Corporation», de las principales navieras del mundo y que controla el 70 por ciento del turismo que llega aquí por vía cruceros, canceló sus atraques en los muelles de la Isla porque uno de ellos le aumentó de 2 a 2.50 dólares la tarifa que paga por cada pasajero en tierra.

¿Qué opinan ustedes de la noticia? ¿Qué opinaría Elizondo, el titular de Turismo? Yo, a propósito, recordé el episodio que viví con mi prenda amada en pleno revolcadero. En El Revolcadero de Acapulco. Pero no, mi amada prenda no es una dama, qué diera yo, solitario de mí, sino mi bikini. Este, miren: color magenta, con vivos solferinos, tres cocolitos al frente y en la trasera su buen corazón circundado con rayos dorados. Fosforecentes. Y la es-cenilla que aquel mediodía presencié a la orilla del mar. Me acuerdo y…

La estampa, patética, no excluía su pizcacha de poesía levemente homérica: el glauco mar sollamado en la fragua de un sol de trópico, sol garañón, y un oleaje que, sierpe de espuma, alcanza la playa y se enrosca en las zancas de un licenciado del Revolucionario Ins. que, en tanto, aumenta la inmensidad del océano con esa furtiva lágrima, lo ensucia con aquellas tirlangas del papel que rasga lentamente y va soltando, palomas al viento que se internan en el oleaje del mar. Mi primo el Jerásimo, sí…

Un rato antes, parapetados detrás de sendas mojarras en la palapa Aquí es Chilpancingo, cercana a la playa, comía yo con el consanguíneo, que a tarascadas y ama-mantones de cacardiosidad festejaba el feliz término de cierta tesis que había forjado con la sana intención de ofrecerla al Ceferino Torreblanca («No es priista, qué lamentable, pero es gobernador», dijo), y ahijársele al presupuesto. Como aviador, de perdida Su plan falló, lástima

Un poco antes, en Aquí es Chilpancingo, la excitación de la aviaduría lo forzaba a agitar aquella resma de cuartillas y manotear, espolvoreando al hablar rebabas de mojarrita. Y tan grande era su júbilo….

– Que ya van cuatro espinas que me trago vivas, aparte de dos huesos de limón y una cosa así como que prietita. Acida, ¿tú crees..?

Y así seguía con sus entusiasmos, jurando que al Ceferino las niñas se le iban a humedecer de gusto (las de los ojos) al tener en sus manos tan valioso auxiliar para incrementar el revolcadero de Acapulco. De repente, mis valedores, ¿y eso? La güereja de la mesa vecina, que se querellaba con el cambujo, un mesero clavadamente nativo de la Costa Grande:

– My God, muchos pesos en esta cuenta…
– Son dólares, miss…

– Por dos guachinanguitos al mojo de ajo, my God! Yo conoce los mejores réstorans de New York, Paris, London, y más baratos…

Gacha la testa el marido, toro sanguíneo, farfullaba: arf, arf, arf…!

– My God, tantos y tantos dollars…

– Con 45 cents, missita.

– Por dos pescados subdesarrollados,con tres rodajas de cebolla, medio limón y una ruedita de jitomate.

– Sí, miss, pero es que el guachinango es ora sí que importado. De Catemaco. Brujos, ¿ve? Guitches. Y con eso de que con los fletes ya subieron los filetes. No, y el peaje, ¿ve?. No Peje, peaje. ¿Comprender? El láimon nos llega de fayuca, en barco ruso con bandera iraquí. Y luego el WA, y los derechos de importación del coco con giniebra, que nos viene costando un huevo de la cara El jitomate lo tenemos que acamar desde Pinotepa, un tiznadal de leguas pa allá, mire, onde se mete el sol. ¿Va a liquidar con tárjet?

Yo dije: «Señora, su esposo», y ella, confusa: ‘Perdónelo. Mi Dick no lloraba así desde que perdimos El Chamizal y Vietnam, y cuando fuimos a dárselas a Bin Laden, las Torres Gemelas. Vamos, Dick, entrégale el botín al gangster aborigen. Pero qué robo. Ustedes matar gallina de los huevos…»

– Retorciéndole el pescuezo, más bien. Así, mire.

Los vi alejarse playa adelante. Me dieron una lástima..

Y fue entonces: el Jerásimo, espectador del conflicto internacional, se alzó, tomó su altero de cuartillas y a la orilla del mar las fue rasgando minuciosamente. No poemas, no odas; su anteproyecto basado en 4 capítulos, 16 cláusulas y 7 apéndices (ver anexos) con un exordio, un colofón y su fe de erratas, bajo el siguiente rubro: «De cómo incrementar el turismo internacional en Guerrero, anteproyecto del lic. Jerásimo con destino al Sr. Gobernador del Estado, licenciado Zeferino Torreblanca«. Y que respetuosamente, y la firma al calce. Y oh dolor: las iba rasgando sobre unas olas que vienen y van. Porque con tales prestadores de servicios al turismo… Me dio una lástima Y qué hacer. (En fin.)

Un comentario en “Matar la gallina de los huevos…”

  1. Y ni te cuento de Puerto Vallarta, desde que llegan los turistas al aeropuerto ya los estan asaltando los OPC´s (Out Personal Contact) para engancharlos con engaños y llevarlos a lo oscurito en un hotel y venderles tiempos compartidos casi a fuerza
    ¿o te parece mejor que ya casi no hay playas publicas?
    ¿o que opinas que nuevo vallarta tiene calles y avenidas privadas (todas)

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