¡No a la violencia..!

¡Si al respeto irrestricto a la ley!, clama Fox. Del tema y con los testimonios de diario en la mano, habló el maestro en la tertulia de anoche:

– Violencia, ley. Cuidado con las trampas verbales. Tal como no existen democracia y economía sin apellido, a la violencia también hay que endilgarle el adjetivo correspondiente. Economía: que se mantiene sana y en pleno crecimiento, afirma Fox Bien, sí, ¿pero a cuál economía se refiere? ¿A la macro-economía de los grandes capitales o a la micro-economía de todos nosotros? Democracia: ¿a qué democracia alude? ¿A la liberal, del «Sistema», o a la socialista, que beneficiaría al paisanaje? ¿Violencia? ¿A qué violencia se refiere Fox: ¿a la violencia-causa o a la violencia-efecto?

Silencio. Expectación. El maestro, su libreta de pastas negras: «Aquí un ejemplo de las dos clases de violencia, en añeja fabulilla del señor Valedor que me permito actualizar con los recientes pronunciamientos contra la violencia del violento Fox. Escúchenla en la versión de una de sus víctimas».

Achis, achis. Escuchamos: «Era casi la medianoche Con la familia me disponía a dormir. Cómo iba a imaginar lo que vendría después. Desde la estancia y asordinados me llegaban rumores de la TV «Ya suban a dormir’, dije a mi mujer y a los hijos. (¿Por qué tanta zozobra..?)

Fui a la puerta que da a la calle Cuánta paz, qué silencio. La cerré con llave Cómo imaginar lo que vendría después. (Y aquella corazonada) Arriba en su habitación, las hijas cuchicheaban de sus asuntos. Reían entre dientes. Lo usual. Ya duérmanse’. Vi que apagaban la luz. Y la paz…

¿La paz? De repente, ¿y eso? Allá abajo, el estrépito. Un grito de mujer. Bajé trompicándome, y los hijos detrás. ‘¡Qué ocurre!’ ¡Dios! Me detuvo el cañón de una metralleta ‘¡Silencio!’, me ordenaba aquel gigantón, botas vaqueras y mostachos de aguamielero. ¡Dios! (¿Qué otro vocablo pronunciar?) Los asaltantes revolvían la estancia ‘¿Dónde escondes lo de valor?’ El arma en los costillares. Dios, una vez más…
Los pandilleros, desparramándose por toda la casa Pude observar que detrás del de la facha de payo vicioso de toreo pulquero husmeaba uno chaparrito, peloncito, de lentes, y con ellos el resto de pandilleros que invadían la casa y se daban a la tarea de saquearla minuciosamente Y aquel estrépito de cosas que se rompen, se desgajan, dan contra el suelo. ‘¡Ã?ste te preguntó que dónde escondes lo de valor!’ Ah, la voz desagradable de aquel chaparrito con irremediable aspecto de mediocre incurable. Contra mis lomos la metralleta Y qué hacer, sino intentar la defensa Pero defensa cómo, defensa cuál. Dios. (¿Lo dije antes..?)

Mis hijos, repuestos de la sorpresa aquel intento de defenderse, de repeler el ataque, de salvar algo de lo perdido. Yo gané la varilla de hierro, y entonces, sin interrumpir el saqueo de la casa, el cabecilla de la pandilla, (¡Y el Tartufo me resultó verborreico, lengua suelta, diarreico de boca!):

– ¡Nada de violencia! ¡Que lo entiendan los que siguen aflorando el pasado: yo soy un demócrata! ¡La democracia no va a dar marcha atrás! ¡México no va a dar marcha atrás! ¡No es con saltos al vacio como se construye un futuro mejor para todos! ¡No es con componendas y arreglos por fuera de la ley como avanza la democracia! ¡Lo más importante es seguir avanzando la unidad nacional en el respeto de la ley! (Literal, palabra a palabra léanlo en el matutino.)

Su aliento, pútrido, contra mi rostro. Yo, entre el asco y el pánico, aquellas arcadas. Escuché al cabecilla de los que saqueaban mi casa

– ¡México no se detiene ni se paraliza México no se frena ni retrocede! ¡Sépanlo las y los de este hogar: yo estoy orgulloso de servir a un pueblo respetuoso de las instituciones y promotor de la paz y la tranquilidad..!

Y a violar y volar puertas, armarios, gavetas. El mayor de mis hijos alzó un candelabro. Intentó golpear a alguno de los bergantes. Un culatazo lo desarmó. Lo miré rodar escaleras abajo: ‘¡Cuidado! ¡No necesitamos quien venga a distraer, quién venga a provocar y dividir a la sociedad, a llevar al país al conflicto..!

Y el empellón contra uno de mis muchachos, y el forzamiento de los hampones.
Inmovilizada, el manoseo. ¡La derriba! Cerraduras y cristales que se rompen, y entonces: ‘¡Hija mi niña.!’ Tendida Un bergante encima; le alza el camisón! Contra el rufián me abalancé, lo jalé del greñero (¿greñero Carlos Ugalde?), y en la casa resonó el clamor del muy segundo marido de Marta

– ¡En democracia lo que quieren los mexicanos es orden, estabilidad y concordia! ¡Eso es lo que nos garantiza un futuro de justicia y equidad! ¡Todo dentro de la ley y las instancias legales! ¡No a la violencia..!

Esto sigue mañana (Lástima)

4 opiniones en “¡No a la violencia..!”

  1. Ahora fox, calderon, nava , mouriño y compañia lloran como niños mimados a quienes les enseñan la lengua despues de golpear y maltratar a la mascota de la casa del vecino, ademas quieren aparecer como los buenos de la pelicula, lo malo es que la gente solo ve telerisa y tv azpoca y se quedan con la imagen de los «buenos» pero que no se les olvide que la campaña sucia la empezo el YUNQUE
    y que la gente se entere quien esta detras del pan EL YUNQUE EL YUNQUE EL YUNQUE

  2. Un saludo con gran admiración al Maestro Mojarro desde California, en donde tanto hacen falta sus palabras. Muchísimas gracias.

  3. «Y es que no es un atentado contra la investidura presidencial, sino contra todos los mexicanos» De la irrupción de la bancada perredista en la Tribuna de San Lázaro el pasado 1 de septiembre. !!Dios!! Una vez más. Nos tomaron la medida.

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