Desacreditar para aislar. Aislar para reprimir.
Y entonces reprimir sin ningún costo político. Eso es lo que estipulan los manuales de contrainsurgencia y eso es lo que el «Sistema» aplica esta vez con los maestros de Oaxaca: vincularlos con la guerrilla del EPR, Ejército Popular Revolucionario. Iniciados ayer, sigo aquí con algunos apuntes sobre el guerrillero Lucio Cabañas, muerto en combate en la serranía de Guerrero en diciembre de 1974. Cito a Carlos Montemayor, analista:
Lucio Cabañas: apenas treinta años después, dos de los generales que lo persiguieron. Arturo Acosta Chaparro y Humberto Quirós Hermosillo, están encarcelados por delitos de guerra sucia y de narcotráfico.
Sí, que está escrito: los matanceros de ayer serán las reses de mañana, porque el tiempo va colocando hombres y cosas en su lugar. Apenas ayer Lucio Cabañas fue descalificado como bandolero, delincuente, criminal. Hoy, el maestro y luchador civil se mira de frente, en bronce, con el bronce del procer Juan Alvarez. El dos de diciembre de hace un par de años, aniversario de su muerte a mano de las fuerzas federales, en Atoyac de Alvarez fue recordado con una estatua de bronce, una velada cultural y una marcha cívica. Y la paz.
Del guerrillero, lástima, sólo quedan la leyenda popular de una enorme valentía personal y el rito de las honras fúnebres. Y no más. De estar vivos, ellos y los más de 500 desaparecidos de la guerra sucia de los 70′ serían la punta de lanza contra un régimen que encamina al país hacia la ultraderecha clerical y el privilegio del poder económico. «A los padres, a los huérfanos, a las viudas de la lucha social les decimos, no cesen, no den marcha atrás, la ACNUR está con ustedes, adelante, lograr la liberación de México y una patria nueva o morir por ella». Tal se clamó hace dos años en Atoyac de Alvarez.
De un símbolo más de la guerrilla lo afirmaba hace un par de años cierto Abel V. Salgado, diputado: «La guerra sucia continúa en la entidad. Las demandas de apertura, equidad y justicia social enarboladas por Genaro Vázquez, a 30 años de su asesinato, siguen vigentes».
Pero si demandas y guerra sucia (secuela de la acción guerrillera) siguen vigentes, ¿entonces? ¿No es el momento de la autocrítica para medir la eficacia de las estrategias de lucha aplicadas a lo único que debe importar a la comunidad, que es el cambio histórico, es que no debemos esperar de los Jaramillo, Genaro Vázquez, Lucio Cabañas o Marcos? Porque el cambio lo hacemos nosotros, con organización celular autogestionaria, o nadie lo hará por nos. Félix Serdán Nájera, ex-guerrillero de las fuerzas de Rubén Jaramillo.
– Su gente podía ser muy valiente, pero carecía de condiciones intelectuales. Y para rebelarse y andar armado hay que estar preparado intelectualmente.
Y si se está preparado intelectualmente, esto significa que se ha acudido a la Historia y aprendido de sus enseñanzas, y logrado la autocrítica, y entonces no nos vamos a ubicar en los terrenos del enemigo para que nos destruya de forma «legal», y quienes sobrevivan tengan que denunciarlo más tarde, denuncia inútil, como esta de David, hermano de Lucio Cabanas:
– El 26 de noviembre de 1974 fueron desaparecidos 10 de mis familiares mi madre, mis hermanos, cuñados y sobrinos. Los soltaron tres años después. Nunca les dijeron por qué, nunca los procesaron ni les abrieron juicio, nunca hubo una sentencia asentada en un documento. Fueron secuestrados y llevados al Campo Militar No. 1, vigilados por soldados. Mis familiares vieron ahí a muchos desaparecidos. A mi hermano más chico, de 15 años, lo secuestraron de la secundaria. Mi sobrina de mes y medio de edad allá cumplió 4 años. Mi madre de 64 años fue a parar al campo militar. Mi hermana minusválida, que es una de las más chicas, allá estuvo también. Esa es la ilegalidad del régimen.
Como para pensarlo. ¿Qué ventaja, así sea de este tamaño, miren, reporta al fregadaje un sacrificio demencial, del calibre del que denuncia cualquier guerrillero, si es que aún vive para poderlo contar? «Cubetazos de agua fría para seguir con los toques de picana. El cuerpo sirve de cenicero para apagar cigarros: en las plantas de los pies, el cuello, las partes nobles. Los límites de la resistencia son probados con métodos como el pozo, que consiste en golpear al torturado hasta dejarlo sin aire para enseguida sumergirle la cabeza en agua y provocar el ahogamiento. Pero no te dejan morir, que viene luego el agua mineral en las fosas nasales, y para ti lo mejor es que te maten y no sigan torturándote, porque en la tortura te matan muchas veces…»
La guerrilla. Lucio Cabanas. EPR, vinculado por Gobernación y Los Pinos a la lucha social de los maestros de Oaxaca. Desacreditar para aislar. Aislar oara reprimir. Todo ello, mis valedores, encierra su muy buena moraleja, ¿pero cuál? (Piénsenlo.)
el fin justifica los medios, al hablar de medios incluímos los modernos: la tv, la internet, la radio y desde luego «los líderes de opinión», monstruos sagrados que conducen a los rebaños mediatizados por este control en contubernio con el gobierno para mantenerlos aletargados; mucho circo aunque poco pan.