El fútbol, como espectáculo para las masas, sólo aparece cuando una población ha sido ejercitada, reglamentada y deprimida a tal punto que necesita cuando menos una participación «por delegación» en las proezas donde se requiere fuerza, habilidad y destreza, a fin de que no decaiga por completo su desfalleciente sentido de la vida…
Del incidente ocurrido entre los vecinos y este servidor la noche del domingo pasado les hablé ayer, y que todo comenzó con mi intento de salvar la tertulia, que se habÃa abaratado con la presencia de aquel par de asuntos a cual más de mediocres, manoseados y pacotones: los candidatos a la presidencia del paÃs y el clásico pasecito a la red. ImagÃnense.
Tienden los comentaristas a acentuar el carácter estético del juego; se habla del estilo de los jugadores del mismo modo que se puede hablar de una escuela pictórica, por ejemplo. Pero no debemos engañamos: se trata de crear una seudo-cultura basada en valores irrisorios para uso de las masas a las que no se les permite tener acceso a la cultura. Se simula un serio estudio de algo de lo que no hay nada que aprender, enseñar o comentar, más allá de algunas elementales reglas de juego…
Mis valedores: fue entonces. Yo, harto de oÃr lo que oÃa: «¿Saben ustedes cuál debiera ser la divisa del México futbolero? El chile».
¿Que qué? ¿Qué fue lo que dijo el catastrofista amarguetas pseudo-neo-comu-nistoide? Iracundia general y la propuesta de El SÃquirÃ: una ofensa de ese tamaño a los sÃmbolos patrios ameritaba que me caparan. «¡EntÃbenmelo!» El juguero suavizó la sentencia: «Nomás con que lo linchemos». Y que vengan de ahà los garrotes, la lata de gasolina. La llegada del maestro me salvó, y pude explicar lo del chile:
– Fue la figura de un chile, con el nombre de El Pique, el sÃmbolo del torneo futbolero «México 86». Aquel fenómeno delirante de enajenación, muy parecido a la locura con que se recibÃan las visitas de Juan Pablo II, se inició con la gran esperanza de los triunfos futboleros para el equipo nacional, y terminó como es previsible que en el «Alemania 2006» termine el equipo tricolor, tan incoloro y mediocre, con la consiguiente desilusión de una fanaticada a la que el duopolio de televisión ha metamorfoseado en Perra Brava. En los animalitos de HamelÃn y su flauta mágica, más propiamente.
– Una vez terminado el «México 86», me acuerdo, Palomo el monero publicó una caricatura dividida en seis cuadros, con el Juancho Pueblo recargado en el tronco del nopal, gorrón alón, soñando que México era campeón futbolero. El torneo fue descrito en cada uno de los seis cuadros, desde el sueño triunfalistas de Juancho Pueblo el candido hasta la desilusión final. Ya he descrito los primeros dos cuadros. AquÃ, el tercero: todo ha terminado. Cuadro por cuadro, en la imaginación del Juancho El Pique va siendo despojado de su atuendo futbolero, y al final queda en lo que siempre fue, en lo que siempre ha sido: puro chile Cuarto cuadro: Ave marÃa…
No miren, disimulen Ese que el Pique lo ha perdido todo, que el torneo futbolero me lo dejó encueradito y tapándose sus vergüenzas con el gorro alón. ¿Y los aullidos de triunfo de los merolicronistas? ¿Y aquel estentóreo: ¡Goool de México!? Estos, Fabio, hay dolor, que ves ahora… que verÃas, si no fuera por el gorro alón: los genitalitos de El Pique, a la intemperie el par…
Quinto cuadro: en el Goloso de Santa Ã?rsula se lucen los extranjeros, que sà saben jugar. Acá afuera Juancho Pueblo a pagar la factura: más carestÃa en la canasta básica, más desempleo, más depresión, más opresión, más represión ante las muchas más protestas ciudadanas. México, ya sin su simpático Pique vestido de futbolista. Trágico.
Cuadro final: terminó el sueño. Juan Pueblo despertó a la realidad, esa que, incrédulos, miran sus ojos, unos ojos que entre la orilla del sarape y el filo del gorro alón le rebrillan queriéndose chispar de sus cuencas: ahà tiene, enfrente, lo que de El Pique sobró al final del torneo luego del fementido espejismo de ilusorios triunfos y galas y honras y beneficios que en baladas, romanzas y odas (no odas, loas) le trovaron los alquilones de Televisa Juancho Pueblo ve, horrorizado, que El Pique se ha quedado sin rostro, sin brazos ni piernas, sin balón, sin botines, sin chaquira y lentejuelas, sin nada Sólo eso le quedó a Juan Pueblo en calidad de sÃmbolo perpetuo: puro chile, sin más. Yo allá, en la tertulia, y aquÃ, frente a ustedes, con mi conclusión:
Del «México 86» y los gobernantes, mis valedores, ¿al final qué le viene quedando al Juan Pueblo? De lo que le han prometido los merolicronistas de la polÃtica la economÃa la religión y el clásico pasecito a la red, ¿qué le quedó al crédulo? Puro chile. Y no más. Lean la historia patria (Más del tema un dÃa de estos.)
A juzgar por los comentarios de Fox y por el festejo de los aficionados ante la derrota de la selección mexicana ante la dePortugal , se podrÃa decir que tanto Fox como aficionados no han entendedido de que se trata el futbol y piensa que mientras más goles le anoten a su equipo es mejor.
en la actualidad ya ni chile nos dan, vienen de china.