¿Don de la profecía..?

A la memoria de Hollín Alexis Benhurnea, fruto verde, cortado antes de tiempo.

No profecía. Sólo atención y respeto por las enseñanzas que ofrecen la historia y la realidad objetiva. Dije entonces, y ahora digo: ¿alguno de ustedes recuerda el episodio aquel de Don Quijote y el león? La síntesis: en sus andanzas por Sierra Morena, la flor y el espejo de la andante caballería se fue a topar con un carro de muías, y mandó al carretero que se detuviese y le diera razón de la carga que transportaba.

– Lo que traigo en el carro es la jaula de un león.

Tan grande era, y tan feroz, que ningún otro lo sobrepasaba. Ahí, portento de locura y valentía, mi don Quijote embrazó su lanzón y ordenó al hombre que traía a su cuidado la fiera: «Abre la jaula. ¿Leoncitos a mí? ¿A mí leoncitos? ¿Soy yo un hombre que se espante de leones?»

De lo que no sea capaz un corazón bien afincado en el nido, mientras que nido vacío de razón sea la mente de un caballero como el de la Triste Figura. Ahí se planta frente a la jaula y aguarda que la abra el leonero, y salga la fiera para medirse con ella, y lógico: ahí fue el espanto del leonero, del carretonero, de Sancho Panza Ante la tozuda valentía del temerario no valieron súplicas:

– ¡Voto a tal, don bellaco! ¡Abre esa jaula!

Y sálvese el que pueda, como Sancho y el del carretón que huían para ponerse a salvo. El encargado de la fiera: «Contra mi voluntad abriré la jaula y soltaré al león. De las funestas resultas, sólo usted sea el responsable».

Dicho y hecho. Extremando las precauciones desde el techo de la jaula, el leonero fue abriendo la puerta hasta que la fiera quedó en libertad. Y aquí, soberbia, la fina estampa del caballero sin miedo y sin tacha:

Mi señor don Quijote, temiendo que Rocinante se espantara a la vista del animal, se apeó del caballo, arrojó la lanza, y embrazando el escudo desenvainó la espada Paso a paso, la tizona en la diestra y en la zurda aquel escudo ni muy limpio ni en muy buenas condiciones de uso, a pie firme retó a la bestia A salvo y a la distancia, Sancho Panza lloraba la muerte de su señor en las garras del melenudo, que daba por hecho. Y fue entonces…

De grandeza extraordinaria y catadura espantable, lo primero que hizo la bestia fue revolverse en la jaula tender la garra y desperezarse. Abrió luego el hocico y bostezó muy despacio, y con los casi dos palmos de lengua que sacó fuera se limpió de polvo de belfos y anexas. Y qué par de brasas traía por ojos. Don Quijote lo animaba a que saltase de la jaula y viniese a pelear. Temeraria locura Y como el león se distraía mirando en su torno:

– ¡Leonero, dale de palos! ¡Irrítalo para que salga a pelear!

– ¿Para que al primero que haga pedazos sea a mí mismo?

Aquí, mis valedores, mucha atención: El león, más comedido que arrogante, no haciendo caso de niñerías ni bravatas, después de haber mirado a una y otra parte volvió las espaldas y enseñó sus traseras partes a Don Quijote (y en pleno rostro le dejó ir un soterrado rumor salido de las cavernosas entrañas). Luego, con gran flema y remanso, se volvió a echar en la jaula

– Cierra, amigo, la puerta Tú eres testigo de lo que me viste hacer: cómo tú abriste al león, yo le esperé, él no salió, volví a esperar, volvió a no salir y volviose a acostar. Que sepan por tu boca esta hazaña

Hasta aquí Cervantes, y la moraleja con que me topé en el episodio de Don Quijote y el león al leer en el matutino: «La decisión del gobierno de Fox de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco constituye una victoria para los campesinos de Atenco y para todos los mexicanos». Y esto más: «En Veracruz, Yucatán y Querétaro ya están afilando los machetes». «El machete, un símbolo». Y que un Heladio líder de campesinos (la CNC) «no descartó la posibilidad de que los integrantes de la organización recurran a los machetes para no desaparecer como sector productivo». Mis valedores:

Lo dije a su hora y me lo tomaron a mal: la bestia, por una vez, desdeñó al Quijote de Atenco que machete en mano se atrevió a desafiarlo. (¡Con el machete como arma contra las armas del Sistema de poder! ¿Podrá darse mayor desmesura?) Lo desdeñó esa vez, consideraciones de la ecuación costo-beneficio, pero estudien la historia ¿cuántas veces el león va a concretarse a ventosearle un aire en la cara? La que esa vez defendieron los quijotes de Atenco fue causa justísima pero el machete, ¿arma efectiva contra el enemigo histórico? No caer en el engaño, compañeros; no tornarse, por ignorancia colaboradores de un enemigo común al que todos tenemos la obligación histórica de justipreciar para así crear el arma adecuada con qué combatirlo, ¿por qué machetes contra bestias feroces? No me eche-inglés. Piénsenlo, aconsejé entonces. (¿Y?)

Un comentario en “¿Don de la profecía..?”

  1. hay que recordar valedor que el machete es un arma que blande en la diestra y una cobija enrollada en la siniestra la carta que nos ilustra la añeja loteria pueblerina y nos gritaban «el valiente», dejaron salir los machetes a relucir con el argumento de ser 2herramienta de trabajo», sacándolas del surco y de la labranza al pavimento y a las ciudades donde siempre será definida como arma blanca y se ha coonvertido en símbolo anti todo

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