El modelo neoliberal, mis valedores, ese engendro de la globalización malparida por el viejo Nuevo Orden Mundial que el capital-imperalismo impuso al mundo desde 1944 en Breton Woods, EU. Inicié ayer el estudio de un tema que en tantos sentidos nos afecta a todos y que hoy, retumbos de tormenta Chávez-Fox, acapara la atención internacional. Sigo aquí, porque reconozcamos al dañero, con las disertaciones de los estudiosos.
El neoliberalismo es un sistema de dominación y acumulación que no ofrece una salida al futuro latinoamericano. Su inherente tendencia hacia la polarización de la riqueza social y la exclusión de las mayorías define su ciclo de vida como de corto a mediano plazo. Los anteriores gobiernos de Menem en Argentina, del PRI y Salinas en México, de Cardoso en Brasil, de Alemán en Nicaragua y de Fujimori en el Perú, entre otros, ilustran este problema.
De hecho, la idea de que el éxito del modelo neoliberal en el principal país dominante del sistema mundial, EU, pudiera repetirse en los países neo-coloniales de AL, nunca fue más que una quimera propagandística de las élites dependientes criollas y sus mentores internacionales, porque el éxito en el norte se debe a una serie de factores particulares que no están presentes en la periferia latinoamericana. Entre ellos: un mercado abierto y unificado de más de 250 millones de personas, centrado en una amplia y rica clase media y extendido sobre un continente con abundantes recursos naturales; una moneda que juega un papel único global, incluyendo el hecho de que los precios del petróleo y otras materias primas claves se fijan en dólares; una fuerza de trabajo bien educada y preparada, abastecida constantemente con nuevas olas de inmigrantes (…) disfrute de los «terms of trade» y del proteccionismo y dominación de varias tecnologías de punta.
Terminadas las tareas sucias, los equipos neoliberales empiezan a repetir la trayectoria de Pinochet: ante los hechos consumados del neoliberalismo comienzan a ser sustituidos por gobernantes menos estigmatizados (más populares), que le pueden proporcionar a las oligarquías nacionales y a Washington una tregua de cinco a diez años en el campo de la gobernabilidad política neo-colonial.
Aparte de su función vende-patrias, el récord histórico del neoliberalismo ha sido desastroso. Si se juzga la eficacia de una economía en cuanto a su tasa de crecimiento económico, la distribución de la riqueza, la creación de empleos y la 4, la reducción de la deuda externa e interna, entonces el balance de cada uno de estos parámetros es desastroso.
Bajo el modelo keynesiano-cepalino de la Revolución mexicana y el contrato social de la constitución de 1917, el PIB del país creció 3.1 por ciento anual entre 1934 y 1982. Bajo el modelo neoliberal, el PIB per per se contrajo, entre 1983 y 1996, a una tasa del 0.8 por ciento anual; la inversión fija bruta decreció a una tasa del 2.2 por ciento anual y los salarios mínimos pierden el 68.2 por ciento de su poder adquisitivo.
En la distribución de la riqueza, América Latina tiene el triste honor de ser la región más desigual en todas las regiones del mundo: característica que se ha acrecentado bajo el terrorismo social de los liberales. Y en cuanto a la situación laboral, la región se encuentra sumergida en su peor crisis histórica, con alrededor del 65 por ciento de la población económicamente activa sumergida en el desempleo y subempleo y, en consecuencia, en la pobreza o extrema pobreza. Finalmente, la deuda externa criolla creció de 426 mil millones de dólares en 1987 a 611 mil millones de dólares en 1996, a pesar de haberse pagado hasta ese año, 648 mil millones de dólares, en una espiral sin fin. Tales son, para nuestros países al sur del Bravo, los efectos del modelo neoliberal.
Las mismas realidades creadas por el neoliberalismo demuestran que sus promesas de crecimiento y bienestar no pueden ser cumplidas a través de su aplicación, sino que, al contrario, ha hundido a la región en una crisis económica, social, cultural, política, sin par. Movimientos de capital anónimos, que incluyen dinero de las drogas y de la evasión de capital, suman de 600 a 800 billones de dólares. Esta gran hemorragia es parte de un complicado sistema mediante el cual bancos occidentales y sectores privilegiados de Latinoamérica se enriquecen a expensas de la población general de Latinoamérica, cargada con la «crisis de la deuda» que resulta de estas manipulaciones, y de los contribuyentes en los países occidentales quienes al final son instados a pagar parte de la deuda.
Todo esto, mis valedores, encierra su muy buena moraleja, ¿pero cuál? Algún día, porque aprovecha conocer al enemigo histórico, seguiré con el tema. (Aguarden.)
Pero también están los ejemplos de los paises de Asia en donde se han aplicado las políticas neoliberales y han alcanzado gran desarrollo ; paises tales como Japón , Corea , Taiwan y la mismísima China Roja en donde se permite la inversión extranjera sin restricciones en todos los ámbitos de la economía y han tenido grandes logros. Por otra parte también se dice que gracias al Tratado de Libre Comercio ahora la balanza comercial es superhabitaria para México con respecto a los Estados Unidos. ¿A quién le creo?