Ku-Klux-Klan…

Aunque esto es un asunto interno de México, los estereotipos raciales son ofensivos sin importar su origen. El gobierno mexicano tiene que tomar eso en cuenta…

Asperos, abrojudos estos conceptos de un Scott McClellan, vocero de la Casa Blanca, como también los de un Stephen Hardley, asesor de Seguridad Nacional, título impresionante, al condenar la emisión de los timbres postales con la imagen de un tal Memín Pinguín, negrito típico mexicano. ¿Sí? ¿»Mexicano»? ¿»Negrito»? Negro o no negro, mexicano típico o no mexicano, lo cierto es que con los gringos no sólo nos llueve sobre mojado, sino que hasta nos relampaguea, con uno que otro rayo. En seco. Y yo les pregunto, mis valedores…

¿Es en el dibujo de ese «estereotipo» exótico y bobalicón donde debe centrarse la indignación de tantos? ¿No es la lengua de un boquiflojo imprudente e inoportuno (Vicente Fox) donde debería enfocarse? O tantito peor: ¿tanta indignación no debería concentrarse en la forma en que los miembros de la familia De la Parra han explotado sistemáticamente a Sixto Valencia y demás dibujantes de sus historietas..?

Pero ese es otro cantar. Por ahora, cinismo inaudito, asqueante resulta ese doble discurso que manejan los puritanos del Norte al escandalizarse (moralina y falso pudor) porque una cantante negra de apellido Jackson muestra ante el público un cacho de seno, cuando una de las más rentables industrias en los Estados Unidos es la pornografía, y ahora el país que es flor y espejo del racismo en agravio de negros y extranjeros, concretamente de los mexicanos («grasientos, frijoleros, color de lodo), se crispa, indignado, ante la figura de ese extraño espécimen de color negro que en México cae en el terreno del exotismo barato: Memín Pinguín, o Pinguín, que ni en eso hay consenso entre los pobres de espíritu que consumen tal bodrio. Qué país el del gringo, y el nuestro, qué país. En fin.

Yo, por evidenciar ese doble discurso de los vecinos, me acerqué al estudio de Carlos Fontanellas sobre la dificultosa coexistencia del negro norteamericano con sus paisanos de piel blanca durante los tiempos de la guerra civil. Aquí, algunos apuntes:

En un principio fue la rivalidad entre los confederados esclavistas sureños y los estados del norte de Estados Unidos, que los llevó a la Guerra de Secesión de 1861-65. Los esclavos negros intuyeron la gran oportunidad para luchar por la libertad y la igualdad mientras en el norte, los negros libres intentaron enlistarse con las fuerzas de la Unión. Su entrenamiento militar fue prohibido por la policía. El gobierno federal evitó el alistamiento de negros en el ejército. Lincoln los rechazó en 1861 y en los años siguientes…

La presencia activa y la agitación de las masas negras preocupó al gobierno, que creó un Departamento de Colonización, destinado a retornarlos a Africa o a alguna isla del Caribe. Tal política fracasó…

El negro, por fin, logró enlistarse en el ejército, pero fue objeto del encarnizamiento sureño, que se negó a tomarlos prisioneros; los heridos eran asesinados; el ejército los discriminaba; se les cerraba la posibilidad de ascenso a cualquier rango militar y se les pagaba la mitad del salario que al soldado blanco. Muchas compañías de combatientes negros, ante el problema de la paga, adoptaron la digna postura de no aceptarla.

Paulatinamente se gestarían nuevas formas de explotación de los campesinos negros, quienes fueron forzados a regresar a las plantaciones. Ante su resistencia se emplearon métodos represivos de enorme violencia.

El ejercicio del sufragio lo ejercieron los negros bajo el terrorismo racial de los oligarcas que, para mantenerlos alejados de las urnas, emplearon argumentos engañosos, propagaron atemorizantes amenazas, a lo subrepticio organizaron y armaron bandas y crearon sociedades secretas con objeto de imponerse y coaccionar, mediante la tortura, la violencia y el crimen, tanto a los negros como a los simpatizantes blancos.

De entre ellas hay que mencionar al Ku-Klux-Klan, integrado en 1865 en Pulaski, Tennessee, como un club de jóvenes pertenecientes a familias prominentes que rápidamente se extendió por los estados del sur hasta quedar formalmente organizado en 1868, para oponerse a «la influencia africana en el gobierno y la sociedad, prever la entremezcla de razas y defender la supremacía política y social de la raza blanca…»

Otra organización terrorista de los terratenientes se nombró Caballeros de la Blanca Camelia (Louisiana, 1867) que también se extendió con rapidez para que la cruz en llamas iluminara los linchamientos de negros. (Seguiré con el tema.)
elvaledormx@yahoo.com.mx

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