La Historia, mis valedores. La memoria histórica. Ayer, 28 de junio, se cumplieron 10 años de que en el Vado Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, Gro., las metrallas de la Policía Motorizada destazaron las carnes (premeditación, alevosía y ventaja) de militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, a la que diezmaron a fuego, sangre y dolor. Fue aquel un tiradero de cadáveres y heridos que aventó al duelo a deudos, viudas y huérfanos. Presente en la carnicería, un a modo de representante oficioso del gobierno de Rubén Figueroa Alcocer: Sotomayor Espino, Rodolfo, sub-procurador del Estado. Es aquí donde vale decir: es México.
Días después de los matanceros lo declararía el tal sub-procurador:
– Si yo acudí a Aguas Blancas fue por órdenes del ahora ex procurador Antonio Alcocer Salazar. El que protegió al ex-gobernador Figueroa para que no fuera procesado como responsable de la matanza fue el propio «sistema».
Ese al que señalaron de autor intelectual de la masacre de Aguas Blancas, mis valedores, tenía un compadre en Los Pinos, uno de nombre Ernesto Zedillo, ¿lo recuerdan ustedes? Su seña de identidad: el FOBAPROA. Ante la acusación de su subalterno, se defendió en 1997 Alcocer Salazar:
– ¡Yo rechazo cualquier responsabilidad penal en la matanza de Aguas Blancas, ni tengo idea de cómo pueda ir el caso! Yo estoy alejado del asunto, no tengo ni la menor idea. Yo ahora soy comisionado del PRI en Chilapa… Y lo que va de ayer a hoy, y lo que el cheque quincenal del presupuesto ciega, sujeta la lengua e induce al «olvido»: en noviembre de 1995 y a nombre de algún organismo defensor de derechos humanos se encrespaba una Mariclaire Acosta que años después, desde su oficina del gobierno foxista, se nos tornaría mansa, callada, impávida, hasta que el que la subió la dejó caer:
– ¡Rubén Figueroa es un asesino! De alguna manera el compadrazgo entre Rubén Figueroa y Ernesto Zedillo representa un obstáculo para la aclaración y castigo de todos los hechos violentos registrado en Guerrero. A mí me parecería muy lamentable que un Presidente de la República apoyara a un asesino como Rubén Figueroa, y esto sólo porque es su compadre…
Todavía hoy, para defensores de los derechos humanos de aquí y el exterior, «lo sucedido en el Vado Aguas Blancas no es un hecho aislado. Desde que Rubén Figueroa, compadre de Ernesto Zedillo, asumió la gubernatura (lo. de abril de 1993, digo yo), han sido asesinados 70 miembros del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y 21 integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur: han desaparecido decenas de opositores y tan sólo en uno de los municipios, el de Atoyac de Álvarez, se han registrado más de cien asesinatos y 23 secuestros en 22 meses..» Detrás de las cifras del oficio de tinieblas, la absoluta impunidad, la desidia del paisanaje, el olvido y la paz. De los sepulcros.
¿Lo dije antes? Es México.
Pero la lucha de deudos y víctimas continúa: México, marzo de 1996. En nombre de las viudas y familiares de los campesinos asesinados en Aguas Blancas, Paula Galeana Baltasar entregó una carta al Sec. Gral. de la ONU, Boutros Ghali, para solicitar su intervención ante el presidente Ernesto Zedillo con el propósito de hacer justicia ante la matanza de Aguas Blancas. ¿Y?
Y que se han documentado testimonios de despojos de tierras a favor de poderosas empresas constructoras, aparte de los incontables fraudes electorales cometidos en Guerrero. «Hay señales inequívocas de que Rubén Figueroa sigue apoderándose de las tierras y de las vidas de los guerrerenses. Pero es compadre de Ernesto Zedillo…»
Acapulco, Gro. Enero de 1996.- El fiscal especial para el caso Aguas Blancas, Alejandro Verela Vidales, declara a los medios:
– Se llamará a declarar a Rubén Figueroa. / – ¿Cuándo se va a llamar a Figueroa? / – Cuando esta fiscalía lo juzgue pertinente. (¿Y..?)
Mientras tanto, José Rubén Catalán, secretario Gral. del gobierno de Rubén Figueroa, sencillamente regresó a su notaría de Acapulco, donde sigue dando fe pública como notario, y desde donde escucharía que en noviembre de 1995 el entonces Fidel Velásquez acudió al palacio de gobierno para dar todo el apoyo de la también por entonces CTM al entonces Rubén Figueroa, todavía hoy en completa, en impune, en abyecta libertad:
– ¡Usted, señor gobernador, sabe que a nosotros los cetemistas no nos asustan los muertos! ¡Ojalá que los demás gobernadores hicieran lo mismo que hizo usted, caiga quien caiga..!
México, 28 de junio. Vado Aguas Blancas, ¿ya lo olvidamos? ¿Y Acteal, y El Charco, y El Bosque? Si los olvidamos, mis valedores, olvidaremos lo que venga después. Es México. (Este país.)