Ájale. La expresión del maestro, en la tertulia de anoche, me sobresaltó.
¿Cómo se atreve a afirmarque el Estado de México apesta..? – Apesta sí, pero sólo en lo que concierne al cercano proceso electorero. Por lo visto, la seña de identidad del PRI sigue siendo el Madrazo de la alquimia electoral. Pero si con ella asalta el gobierno el tal Peña, que después no se quejen si su fraude ocasiona conflictos sociales. Temoac, Tejupilco. ¿Tiene alguna vieja grabación de una alcaldía tomada, señor Valedor?
La tengo. En ella la voz del Jerásimo, licenciado del Revolucionario Ins.: «¿Aló, aló? ¿Bueno? ¡Caracso, respondan! Chinche teléfono». «No lo maltrates. ¿Te ayudo? ¿A dónde intentas comunicarte esta vez?» Logré el enlace con la alcaldía que los descontentos tienen tomada y amenazan con incendiar. El Jerásimo: ¿Aló? ¿Bueno? ¿Es el palacio municipal? De parte del partido. ¿Cómo de que cuál? Será el Republicano, señor. Oiga, ¿no anda por ahí el lic, o sea el alcalde electo por la voluntad popular? ¡Pónganmelo al tiro! Ah, es usté. No le reconocí la voz, compatriota. Temblorosona. Sí, claro, ha de ser la estática…
«Mire, licenciado, le hablo de parte del partido, ¿qué razón me da del delegado tricolor? ¿No se le quedó adentro? Sitiado con todo el cabildo, quiero decir. Ah, una chaqueta, qué momento fue a escoger. ¿Y cómo cuánto calcula que se irá a tardar? Ah, chintetes, fue chaqueta de chaquetear, o sea pasarse al enemigo. No, si yo ya lo había visto como que quién sabe cómo con el chinche Peje, jijodiún. ¿Y el subdelegado? ¿Atrincherado dónde? Ah, en La Flor de los tlaxcaltecas. Mejor, así se entretiene chupando; que caiga briago de cara al sol y no sobrio de cara al otro Sol, el Azteca. Ora que como contraproducente tiene el cuentón que habrá de cubrir la partida de Gastos Suntuarios. ¡Oiga, colega, dígale a esos carpinteros que dejen de martillar! Ah, son pedradas…
«Sí, mire: el partido, por mi conducto, le manda decir que no se desavalorine, que no rinda la plaza a las fuerzas reaccionarias, o sea: nosotros se la metimos, la bronca, y nosotros se la vamos a sacar, para que se reponga. ¡Reponga, de reponer, no de que se las ponga! Que reponga lo invertido en los gastos de la fiesta cívica. Ya van pa allá tres camiones hasta la madre de blue demon disfrazados de civiles, según instrucciones del licenciado Madrazo. ¡Madrazo de líder moral, no de que a usté me lo linchen a golpes! ¿Usté me oye bien? Los guaruras llevan instrucciones de repeler ??¡repeler, cuál albur, repegúeselo a la oreja!- repeler el ataque de los enemigos históricos. ¿Ah, son también del Tricolor? ¿Qué? Uh… ta. ¿cómo de que ya le están quemando el derecho? ¡Ya lo dejaron chiclán! Ah, el flanco derecho. Calma, compatriota, calmita, que ya van pa allá los refuerzos, surtido rico: granaderos, zorros, halcones, del UEDO. ¡No, no que se la estén haciendo de…! ¿Usté me oye bien? Mire; a los mamados ¡Mamados, masculino, no de primera dama! A esos habilítemelos de bomberos pa’ que sofoquen el fuego. Bueno, pues a cubetazos, si mangueras no existen. Que se miren, de perdida, desde la azotea. A los más aventados, a la línea de fuego, a repeler la piedriza. Va un orador, a ver si de algo le sirve. La facha es de tulatráis, pero es bien machín, no se equivoque.
«ítem más, licenciado. ¿Me acepta, digo, me está oyendo? Digo que item más. ¿Qué es item más? Olvídelo. Mire: ora que recupéremos pa la democracia el inmueble palaciego, a todos los revoltosos habrá que irles sacando boleto de terroristas. Eso es más que suficiente pa pasarlos a arder. Hombres, chamacos, mujeres: pa adentro. Me los sambute en el tambo per secula seculorum. Cuál albur, es sánscrito, arameo o madres de esas.
«¿Eh? Sí, ya supimos de los fregadazos. Que a la próxima a ver si lo agarran con mejores reflejos, dice el jefe Madrazo. ¿Que no es uno sino muchos? Madrazo es uno solo, señor. Ah, madrazos y ladrillazos, y en pleno occipucio. ¿Qué? ¿Su pura? ¿La pura de quién, compatriota? Ah, supura hemoglobina, o sea que todavía no cuaja, no hace costra todavía…
«Sí, ya se supo que hasta con la primera dama fue usté a perder. Oiga, ¿no se pasaría al enemigo por propio pie y propia voluntad? ¿Eh? ¿Pactar? No, colega, cómo de que pactar. Pactos, ya ni de solidaridad, no nos hagamos pactos. ¿Eh? ¿Qué? ¿Quién se dio? ¿Se dio a quién? Ah, fue el portón el que cedió- ¿Batirse? ¿En qué quiere batirse? ¿Otro batidero? ¿Se le hace poco el del Pemexgate? No, pos batirse en retirada está peor. ¡Licenciado, no enseñe lo zacatón! ¡Atórele a la chusma! ¿0 quiere que a usté también le pase lo que a su primera dama? A usté le ardería más, colega. A mentadas, cuando menos. ¡Y no me vaya a dejar el auricular descolgado, porque entonces otra alcaldía se queda sin auxilio espiritual, o sea telefónico! ¡Cuelgue, compatriota! ¡Y tú, seudo-neo-comu-nistoide, vuelve a intentar Tejupilco..!»
«Mi única, suspirando: ¿a cómo nos va a salir la democracia telefónica, amor? (Pues…)»