¿Esa mujer se merece el DF?

¿Esa mujer se merece el DF?

La globalización y el Consenso de Washington, ese que en los diez compromisos obsequiados al Imperio por su veintena de gerentes regionales iberoamericanos ubicados en las sedes del gobierno, dan plena vigencia al depredador de nuestros países al sur del Bravo mal llamado Neoliberalismo. En la España del siglo XVIII fue un conde Julián quien, por vengar la deshonra de su hija la Cava por el felón Rodrigo, abrió a la morería las puertas de España. Por cuanto a México, mis valedores, quien abrió de par en par las puertas de nuestro país (¿por vengar qué agravio personal de los mexicanos?), fue Carlos Salinas, que en 1982, desde Programación y Presupuesto y con la ayuda de Córdoba Montoya, enajenó el país al Imperio del norte. Ya como presidente, al de Gortari lo auxiliaría la legislatura priísta domesticada, donde se iba a señalar de servil una diputada: María de los Angeles Moreno, la misma que en 1992, en su respuesta al IV informe presidencial, así intentaba justificar el modelo neoliberal impuesto por Washington con la mano de Salinas, y así hasta Fox:

Los trascendentales cambios que a gran velocidad se suceden a escala mundial no nos son tan ajenos. Cada vez más se acortan los espacios para la actuación aislada de cada país (…) obligando a ajustar el ritmo de las decisiones en prácticamente todos los ámbitos del quehacer humano.

María de los Ángeles, hechura política del «compatriota» por (dicen) un favor recibido: que fue el padre de la susodicha, Dr. Manuel Moreno, quien se atrevió a extender en calidad de «muerte accidental» el acta de defunción de aquella niña Manuela, trabajadora doméstica de apenas 12 años, que al servicio de la familia Salinas Lozano fue «fusilada» por los hermanos, por aquel entonces menores de edad, Raúl y Carlos. Infancia es destino, dicen. Esta Moreno ha arrancado su campaña para jefa de gobierno de la ciudad.

En fin. Vigorosa es la presencia, y contundente el peso político de la mujer en el pantanoso terreno de la politiquería, y quien lo dude mire ahí a la Gordillo, pero mírela a lo disimulado, no se nos vaya a alebrestar. Ahora vean para allá, donde aquella otra dama pretende volar mucho más alto de lo que le dan sus faldas, por lo que se arrimó a un Dédalo que con cera de los pinos le pegue alas de cartón. Vean a la propia Ma. de los Angeles, aduladora por vocación, que intenta suceder en el cargo a López Obrador.

Pero no sólo al «compatriota» y no únicamente en 1992; también, y esto desde 1988, la Moreno exhibía su servilismo a un mediocre De la Madrid que remataba su sexenio. Ella, desde la subsecretaría de Programación y Presupuesto (¡siempre a la sombra de Salinas, su hacedor!) trató de dar color al gris rata del de las cejas alacranadas, y con estas palabras intentó justificar la gestión presidencial del desabrido:

«El no se siente frustrado ni defraudado por el hecho de que algunas metas no se hayan podido cumplir. No puede haber frustración porque muchos de los planteamientos iniciales se han superado, aunque en algunos otros las metas quedaron por debajo. Pero esto es algo que ocurre en cualquier sistema social vivo. SI, es como el fútbol americano: si tenemos diez yardas por avanzar y lo logramos, luego tenemos que avanzar más, ¿de acuerdo?

Claro, aún existe una deuda social con las mayorías (…) que implica desigualdades entre los grupos sociales, regiones y sectores, porque no todos tienen las mismas posibilidades. Yo, por ejemplo, he podido alimentarme, estudiar y viajar, tener un empleo a un nivel adecuado y todo un conjunto de prestaciones que han hecho de mi vida más que aceptable. No como algunos campesinos que difícilmente han salido de su localidad, y que están en un nivel de subsistencia…

¿El subempleo? Ese se da por diversos motivos: tiempo de trabajo, bajos ingresos o por realizar una actividad diferente para la cual se estudió. El indicador que se toma es el ingreso, y si éste es más bajo que el salario mínimo, se estima que hay subempleo, y en México hay una buena proporción afectada de esa manera.

Una de las principales características del Presidente De la Madrid ha sido su consistencia y veracidad. Desde un principio habló de una crisis muy severa y de la necesidad de afrontarla todos aun con un enorme sacrificio, aunque a muchos no les gustara. Así, se ha actuado con realismo al señalar que habrá metas que no se podrán alcanzar. Sin embargo, el esfuerzo y el empeño que se han puesto en esta administración son ejemplares, y por eso la firme voluntad de seguir adelante con el Pacto de Solidaridad Económica, que es un ejemplo de concertación, aunque algunos quieran desviarlo…»

Ese pacto horroroso, acuérdense. Ah, la Moreno. Ah, México. (Este país.)

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