¿En qué novela , quiero decir ? Pudiese ser en el pueblo inocente o en Mi caballo , mi perro y mi rifle , de Rubén Romero. Tentado estuve a bajar a mi biblioteca y localizar la fuente de episodio que leí hace 15 , 20 años , y transcribir para ustedes algunos párrafos , pero he preferido recrearlo a pura memoria , que en la recreación tendré margen para la creación personal . Fue en aquel caserío michoacano , más o menos así:
¡De súbito , la revolución ! «Yo (el protagonista) era joven , impulsivo y fanático de Madero» . Que de inmediato se puso al habla con otros de su camada , y después de vehementes discusiones decidieron tomar las armas y defender la plaza «para la revolución «. ¡Viva Madero y muera Porfirio Díaz !
Decidido . A las armas , y luego a posicionarse en sitio estratégico para aguardar a pie firme a los soldados del dictador . ¿El sitio estratégico?
-El puente. Ahí vamos a establecer nuestro campamento .
El puente , sí , que estaba a tiro de piedra de la población , y recibir cada día corundas y uchepos , la carne seca y el chocolate que les llevaría ya la madre , ya la novia o el servicial . Y allá van los eufóricos , como a un día de campo , a afortinarse . «¿A dónde , muchachos?» Uno payo , alharaquiento:
-Al puente vamos , a fornicarnos…!»
Días de campo de los «revolucionario» : comida casera , tabaco , la guitarra , la noviecilla que se atrevía hasta el nido de los aguiluchos. Pues sí pero de repente : ¿cómo llegó a desbalagarse hasta allá el militar porfirista? Al paso despreocupado de su jamelgo mal cruzó el puente cuando ahí se miró cercado por las «armas enemigas»: la pica , el machete , el vetusto revolver , la desvencijada escopeta , la hoz y el martillo la hoz y el rastrillo , quise decir. » ¿Qué farsa es ésta ? » Incrédulo . «Es usted prisionero de la revolución . Será pasado por las armas». Una troje , su prisión . Esa noche sería la del triunfo , la exaltación y el conciliábulo. ¿Qué hacer con el prisionero ? Al amanecer :
-Revele la ubicación su tropa . Armas y caballada se exigirán se exigirán por su vida.
El militar los miraba burlesco . Sonreía
Esa noche , arrogante:
Este es un ultimátum , capitán . ¿Dónde su ubica su destacamento ?
-Son ustedes una recua de muchachitos estúpidos . Y que se pone a befarlos de primerizos y candorosos , de ignorantes y novatos que de asuntos militares nada sabían: que la guerra no es un juego de señoritos , y que para matar y morir se precisan redaños. ¿Los tienen ustedes ?» El joven (nervioso y atolondrado , la frente perlada de sudor) le ordenaba callar y le aprontaba aquel viejo revolver donde era más el ruido que las balas . «Del puro miedo se le está soltando el esfínter» . Y el escupitajo contra el montón de maíz . «Yo , tragando saliva , salí al aire y tome resuello» . Esa madrugada , reunión de consejo , conciábulo , acuerdos , Privar al prisionero de agua y alimento . Al atardecer , el interrogatorio .
«Por las dudas , me llevé escolta…»
Y así varios días : que si en algo se aprecia su vida más le vale confesar la ubicación de su tropa , y que para nosotros su vida vale tantas bestias , tal impedimenta , tantas vituallas , y que para mí ustedes valen… (el desdén , el desprecio , la befa , el vituperio burlesco . Y qué hacer.)
Por supuesto : sesión de consejo . Urgente . ¿Qué hacer con el prisionero? La situación se tornaba critica , insostenible . Y fue entonces . Aquella madrugada : «Me apersoné con el prisionero y tragando saliva le solté la noticia : la revolución le devolvía su libertad y le requisaba la montura : Aproveche la oscuridad y lárguese antes de que me arrepienta».
¿Que qué? , ¿el huir como raterillo de gallinas? Que de su encierro nadie iba a sacarlo . ¿No iban a fusilarlo? Cumplan con su amenaza . «Y lárguese , que tengo sueño» . válgame , ahora cómo librarse del intruso . Al salir , el «revolucionario » dejó la puerta abierta de par en par . Todo inútil. ¿Qué hacer para salir del trance ? otro día ; «Ya váyase, por vida suya , fue una lamentable equivocación » . Y que yo de aquí no me muevo , ¿no me iban a fusilar? Los «revolucionario» , acuerdo general : aprovecharían esa noche para huir al poblado , regresar a sus casas y tratar de digerir el sofocón . Mis valedores:
He ahí el grupillo de patéticos , la cola entre las patas , en plena huida y diluyéndose en las sombras hasta llegar al caserío donde corren a encuevarse tras los muros el hogar . El padre , al protagonista : «¿Qué demonios ocurrió ?
-Que el cohetón nos estalló en plena cara , porque el prisionero salió más fuerte que todos nosotros ; fue una papa caliente que nos tatemó las manos y nos puso a tragar camote . De pobres infelices no nos bajaba
-Porque eso son , mediocres y pobres diablos . A ustedes ocurrió lo que a Fox , Creel , Azuela ,(m)Acedo y demás memijes con lópez Obrador…
«Yo agaché la cabeza «. (Qué más.)
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