Nuevo mapa del poder

 España y México, mis valedores. Aquí, al triunfo del Verbo Encarnado en julio del 2006, siguió el pleno reinado de los  Norberto Rivera, Ratzinger y demás potencias del alto clero político. Allá, según afirma Oscar Guisone en el semanario del domingo anterior, al triunfo reciente del Partido Popular  y el ascenso de la esposa de José María Aznar a la alcaldía de Madrid ciertos esforzados se lanzan de lleno a la conquista de la capital española. Exacto, sí, los Legionarios de Cristo, hijos legítimos y putativos de Marcial Maciel. Fácil con Rajoy en España como aquí con  Calderón. Laus Deo.

Ratzinger  ya encaramó a los altares a Juan Pablo II, que otorgó aureola de santo al controvertido Escribá, fundador del Opus Dei. Que el próximo milagrito de Ratzinger en su visita a México, imploran algunos, sea la permanencia del PAN en Los Pinos. Atroz.

He estado leyendo ácidos comentarios acerca de la carrera desbocada de JPII hasta los altares, como leí en su momento opiniones diversas, no necesariamente objetivas, que me erizaron de dudas, sospechas y suspicacias en torno a la santidad de Escribá, personaje al que a sólo  tres décadas de su muerte y unos cuantos años de que fuese  declarado beato se le enjaretó aureola de santo. Todo ello, cuando El Vaticano parece haber olvidado a Dn. Oscar Arnulfo Romero, arzobispo y mártir de San Salvador. Y qué decir de un benemérito de los kilates de Bartolomé de las Casas, que espera, paciente, desde hace siglos. Los caminos del Señor…

Aquí, de la pieza lírica que a su hora dedicó Ratzinger a su antecesor en la silla de El Vaticano: “A la hora de su muerte, apenas había entrado en la habitación y mirado la imagen de la Madre, cayó al suelo. Mientras moría tocaban las campanas el Ángelus, anunciando el fiat de María y la gracia de la Encarnación del Hijo, nuestro Salvador…”

De soberbio reportaje que Sanjuana Martínez publicó en ocasión de la beatificación del opusdeísta: Murcia, España. “El Colectivo de Sacerdotes de Cartagena expresamos nuestra extrañeza por la rapidez del proceso y respetuosamente pedimos la paralización de la beatificación del padre Balaguer, ya que escandaliza a numerosos creyentes, por tratarse de una persona discutida, alguna de cuyas actitudes parece que no concuerda con lo que juzgamos una posición radicalmente evangélica”.

Por cuanto a la asociación de Teólogos Juan XXIII: “Expresamos nuestra preocupación por el inusitado proceso de beatificación, que nos recuerda el caso de Isabel la Católica y el de los denominados mártires de la cruzada española (…) La rapidez con la que se ha llevado el caso de Escrivá nos parece sorprendente y hasta sospechosa”.

De la carta que en L’Osservatore Romano publicó el cardenal Angelo Felici: “No han faltado voces contrarias a la beatificación de Escrivá. Esto era de prever, considerando la multiplicación de los miembros del Opus Dei y la obra que desarrollan al servicio de la Iglesia. Entre los remitentes de las 6,000 cartas de los opositores recibidas por el Papa pidiendo la apertura de la causa, hubo 69 cardenales, 1,228 obispos y 41 superiores generales de órdenes y congregaciones religiosas y muchos jefes de Estado y de gobierno”.

Pues sí, pero El Vaticano desestimó objeciones y críticas al declarar que Escrivá no fue un católico más: “Bajo su mano firme se movía un entramado financiero de 1,500 empresas y un patrimonio  valorado, a finales de los 80s., en 30,000 millones de pesetas”. Sí, ¡para cimentar las finanzas de El Vaticano, Dios! (Sigo después.)

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