Sotanas y pedofilia

La barca de Pedro, mis valedores. El artefacto hace agua por todas partes y está a punto de zozobrar. Esto viene repitiéndose de forma periódica, pero desde hace decenas de siglos el navío sigue adelante con su navegación, conducido por una tripulación que aglutina a reverendos de toda laya, desde padrecitos virtuosos hasta padrecitos de varias criaturas nacidas de distintas madres.  La barca de Pedro. A propósito:

Que entre la jerarquía católica la pedofilia del sacerdote no se considera delito, recurso que evita el escándalo y la denuncia penal contra ese sacerdote pedófilo al que la jerarquía católica se concreta a reubicar en distinta parroquia, y la paz. Recuérdese el célebre caso del padre Marcial Maciel, a quien arropó El Vaticano y que así «justifica» un  Renato Ascencio, por aquel entonces obispo de Ciudad Juárez:

– La ropa sucia se lava en casa. Nosotros tenemos nuestras propias autoridades y procedemos  través de nuestros propios tribunales eclesiásticos. En caso de detectar a sacerdotes que abusen sexualmente de menores, la jerarquía católica no los entregará a las autoridades judiciales, sino que los juzgará en sus tribunales y con sus propias leyes, no más.

¿El rigor de esas leyes? Roberto Blancarte, estudioso del tema: «La  pena máxima que el derecho canónico puede establecer en casos de abuso sexual es la pérdida del carácter clerical (…) y de una vida de oración y penitencia. Penas ligeras  comparadas con las que se quiere aplicar a quienes practican abortos».

Y como para apuntalar la aseveración de Blancarte, la noticia del pasado viernes:  «Un sacerdote católico de Nueva York, de los principales organizadores de la multitudinaria misa que ofició el papa Benedicto XVI en el estadio de los Yanquees en 2008, es acusado de haber abusado de una decena de adolescentes en los años ochenta en un colegio del barrio de Harlem. El cura pedófilo fue castigado por la Santa Sede a una vida de oración y penitencia».

– Lo que me recuerda (le recordó al maestro en nuestra tertulia de anoche) el suceso que aconteció en el XVI en Sevilla, según nos queda constancia en los escritos de Melchor de Santa Cruz. Aquí, lenguaje antañón, la crónica:

«Un sacerdote mató a un zapatero de la misma ciudad, y un hijo suyo fue a pedir justicia; condenóle el juez de la iglesia en que no dijese misa en un año.

Dende a pocos días el Rey don Pedro vino a Sevilla, y el hijo del muerto se fue al Rey y le dijo cómo el arcediano de Sevilla había muerto a su padre. El Rey le preguntó si había pedido justicia. El le contó el caso como pasaba. El Rey dijo: ¿Serás tú hombre para matarle, pues no te hacen justicia? Respondió: Sí señor. Pues hazlo, dijo el Rey. Esto era víspera de la fiesta del Corpus Cristi. Y el día siguiente, como el arcediano iba en la procesión cerca del Rey, dióle dos puñaladas y cayó muerto.

Prendióle la justicia, y mandó el Rey que lo trujesen ante él. Y preguntóle por qué había muerto a aquel hombre. Señor, porque mató a mi padre, y aunque pedí justicia, no me la hicieron.

El juez de la Iglesia, que estaba cerca, respondió que sí se la había hecho justicia, y muy cumplida, por cierto. El Rey quiso saber la justicia que se le había hecho. El juez respondió que le había condenado que en un año no dijese misa. El Rey dijo a su alcalde: Soltad este hombre, y yo le condeno que en un año no cosa zapatos».

Mis valedores: ¿a los alcahuetes de garañones de sotana arriscada les podría servir de lección? ¿Ustedes qué opinan?  (Trágico.)

Un pensamiento en “Sotanas y pedofilia

  1. alguna vez escuche que no existe una definicion exacta que describa la justicia pues ni siquiera la de ulpiano lo es, pero creo que este ejemplo acontecido en el XVI en Sevilla es el acto mas cercano a la justicia.

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